La llanera solitaria
No sabía qué titulo ponerle a este post, pero al final después de varios segundos de cavilación me animé por el más algo. Si no te gusta lo más algo, no es mi culpa.
Regresandoi al tema, esta es otra historia que contaré, esta vez de éste sábado,. Serían las 3 de la mañana y celebrábamos en un hueco-bar el cumpleaños de un amigo, cuando de la nada, en medio de la calle, apareció una mujer de unos 60 años: ropa limpia, aceptablemente nueva, maquillada. De repente, se acercó a las mesas comopidiendo limosna. Cuando llegó a la nuestra, nos dijo que quería conversar. Sólo eso, buscaba a alguien que le hiciera conversación. Ante nuestra dcara de sorpresa, vino un mozo, y contra todo pronóstico, la sentó en una mesita, le trajo una cerveza y en efecto le hizo conversación un rato.
Luego de esto la mujer se fue y no la vi más.
Nos quedó la duda de quién era y qué lleva a una mujer en edad de tener nietos a entrar a un lugar lleno de gente alcoholizada a pedir "la caridad" de que alguien le hable a las 3 de la mañana.
No se cómo acabar esta historia ahora que la he empezado.
Me dio pena, miedo al principio, extrañeza mientras escribía y una honsa soledad ajena por esa mujer que caminó la llanura de Miraflores por una cerveza y dos palabras dichas en mitad de la madrugada.
Regresandoi al tema, esta es otra historia que contaré, esta vez de éste sábado,. Serían las 3 de la mañana y celebrábamos en un hueco-bar el cumpleaños de un amigo, cuando de la nada, en medio de la calle, apareció una mujer de unos 60 años: ropa limpia, aceptablemente nueva, maquillada. De repente, se acercó a las mesas comopidiendo limosna. Cuando llegó a la nuestra, nos dijo que quería conversar. Sólo eso, buscaba a alguien que le hiciera conversación. Ante nuestra dcara de sorpresa, vino un mozo, y contra todo pronóstico, la sentó en una mesita, le trajo una cerveza y en efecto le hizo conversación un rato.
Luego de esto la mujer se fue y no la vi más.
Nos quedó la duda de quién era y qué lleva a una mujer en edad de tener nietos a entrar a un lugar lleno de gente alcoholizada a pedir "la caridad" de que alguien le hable a las 3 de la mañana.
No se cómo acabar esta historia ahora que la he empezado.
Me dio pena, miedo al principio, extrañeza mientras escribía y una honsa soledad ajena por esa mujer que caminó la llanura de Miraflores por una cerveza y dos palabras dichas en mitad de la madrugada.
3 Comments:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
No siempre. La verdad es que la tía daba auténtica pena. Pero imagino que no era loca ni nada de eso, parecía un poco necesitada de compañía, nada más. Aunque sea de cómo dijiste? unos alcoholizados como nosotros.
¿No te habras ido a las Castañuelas a levantar tías? ;-D
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