Nombre: Gastón
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

lunes, 18 de julio de 2005

Cielo de artificios

Desde que recuerde, mis papàs siempre me llevaron al corso de Wong. El desfile de por sí era interesante, sobre todo los primeros, cuando en Lima todo eso era una novedad y los limeños recién nos acostumbrábamos a salir en grupo sin temor a un coche bomba. Pero lo que màs me gustó siempre, era el cierre de la fiesta.

Primero en el VW, luego en el Opel y al final, ya todos pesando más de 70 kilos, en la fiel camioneta Subaru. Los fuegos artificiales vistos desde la nariz o el techo del carro. Con los viejos adentro abrazados o comiendo, pasándonos sanguchitos o cafè recièn preparado que mi madre siemprellevaba en un termo. Y arriba las luces, magníficas, brillantes, siempre nuevas, abrièndose como una flor sobre nosotros. Con nuestras sombras reflejadas mil veces en los muros de la calle y el interior del auto. Rièndonos o en silencio. Nunca faltamos, aunque la primera vez tras la mudanza a Miraflores hicimos el viaje a pie. Pero no fue lo mismo, así que el año pasado regresamos en la Subaru roja, ya sin mi hermano.

A veces uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y lo hecha de menos, y quisiera que el tiempo dé vuelta atràs y todo sea como antes. Ayer, a las siete y media de la noche, casi doce horas despuès de haber ingresado a trabajar, me encontraba a solas en una de las islas de edición del canal, aisladas de ruido, armando una nota cuando escuché los ruidos. Parecía un bombardeo, o concretamente como si alguien arrastrara algo sobre el techo. Golpes sordos sobre mi cabeza, con sincronía acompasada. Salí a ver quién estaba haciendo semejante movimiento de muebles un domingo por la noche, cuando caí en la cuenta.

Corrí a la puerta y me embriagó el olor a mar que siempre hay a esa hora en el malecón. Y allí mismo, mi sombra muy débil, dibujada contra una de las camionetas. Y más explosiones, y el cielo llenándose de color a unas cuadras de allí. Y me paré en medio de la pista, totalmente vacía y vi lo que quedaba del espectáculo, sólo por primera vez en todos esos años. Ni un alma para contarles lo que ahora escribo. Todos lejos. O alejados. Sólo el olor a mar. Despuès el murmullo se fue apagando, las últimas luces cayeron en cascada sobre las cabezas de los miles congregados allá en el parque y quedé de nuevo rodeado de la oscuridad de la calle.

9 Comments:

Blogger Tortuga Maldita said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

7:58 p. m.  
Blogger Gastón said...

La ruta del autodescubrimiento también puede tener alegrías, pero esa noche me tocó estar con la tristeza. So simple like that =). Qué gran frase.

6:35 p. m.  
Blogger Antonino Paraggi said...

Miercoles! que nostalgia me has hecho acordar a mi mana q esta en Chicago, una buena complice despues de todo :-(

10:25 p. m.  
Blogger Lady Bathsheba said...

cosas q se extrañan no?la gente alrededor tambien...miercoles...hoy todo me habla de melancolia y recordar...extrañar...recordar..y mi hermano acaba de mandar un sms diciendo que le duele y que llamen al doc...extraño al CAbezon! (ya hablamos de las coincidencias...)

11:24 p. m.  
Blogger M. said...

cholo, este blog es uno de los mejores narrados por tí. Me encantó la manera y el estilo de la narrativa.

Es una pena en verdad, cuando la vida misma nos hace dejar algunas cosas queridas en el pasado, pero también es reconfortante cuando te deja las mejores.

2:06 p. m.  
Blogger Isabella said...

Hey, eso te saliò muy Ribeyriano, lo cual obviamente es un halago.

9:29 a. m.  
Blogger Gastón said...

Gracias gente. Así es cuando desafina el corazón.

3:27 p. m.  
Blogger Lady Bathsheba said...

seguimos con el corazon desafinado??? pense que solo habia sido aquella vez?..vaya fase...te entiendo.

8:11 p. m.  
Blogger Tortuga Maldita said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

4:27 a. m.  

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