Anónimo
Lo vimos venir demasiado tarde; quizá rebuscando su cena del basural que teníamos a mano izquierda. Cuando los faros de la camioneta lo iluminaron ya sólo era una mancha que se perdía por el costado. Cuando levanté la vista del diario, sorprendido por el grito del chofer, sólo sentí un golpe seco. Ploc, un salto de la llanta y nada más. Al resto se lo tragó la oscuridad y la niebla mientras seguíamos avanzando a casi cien, para variar, con tal de no llegar tarde. Tarde, tarde, a cualquier cosa.
Ayer, atravesando Barrios Altos muy entrada la noche, matamos un perro callejero.
Ayer, atravesando Barrios Altos muy entrada la noche, matamos un perro callejero.
10 Comments:
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¿Y no te detuviste?
Gastón, ese trabajo te insensibiliza demasiado...
Ten cuidado amigo, no vaya a ser que un día olvides cuan hermoso es preocuparse por los demás, aunque sólo sean perros callejeros.
Ó Ò
/\
Shit!
:( pucha, me acabas de hacer recordar a mi Lunihno, el perrito que matò un auto durante una de esas noches mas oscuras que el destino de muchos.
Mi hermana abriò la reja y Lunihno se escapò corriendo, el pobre no sabìa cruzar la pista. Pasò un auto a toda prisa y de Lunihno solo quedò el cuerpecito golpeado en medio de la calle.
Todavìa me gusta recordar aquella historia que me contaban cuando era niña: que las estrellas son huellitas luminosas que los perritos dejan en el cielo.
Argggg!
yo no hubiese podido dormir... que pena.
y las huellitas de los perros en el cielo... snif... conmovedor.
chesss cholo...
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Carola, no pues, no se me ocurrió retroceder para ver lo que había quedado del pobre animalito.
Y de dormir, pues bueno, sí duermo.
La lucha interna es en la casa de Morfeo.
:( speechless
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