Nombre: Gastón
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

martes, 7 de junio de 2005

Y tú, ¿te quedabas?

Como explicaba en el post anterior, tengo demasiados datos en la cabeza sobre el asunto, así que saldadas las cuentas con el cabo, quisiera escribir ahora sobre el Morro en si y la batalla de Arica y más de esas cosas que jamás esperé que me enseñaran en el colegio.

Cuando la maquinaria chilena empezó a rodar, empezaron a subir hacia Lima con tal velocidad que se olvidaron del puerto de Arica. Acababan de desbandar la alianza peruano-boliviana en la batalla de Tacna hacía 15 días y la verdad es que los 1 600 fulanos clavados en esa roca que resulta ser el morro al mando del venerable abuelo artillero no los tenía muy preocupados, como si los tenía el hecho de que los cañones que allí habían eran de los buenos y ya un par de veces habían hecho puntería sobre buques chilenos que daban un paseo por allí.

Así que bueno pues, para ir a la segura, deciden regresar desde Tacna con 6 mil fulanos cancherísimos y confiados en que lo de Arica iba a ser un paseo ya que venían de pasar por la licuadora a un ejército 4 veces mayor. Pero ya dicen que más sabe el diablo por viejo, que ciento volando, así que el coronel Bolognesi decide minar (sip, ya existían minas… manuales, pero existían) la ruta de entrada. Con lo que no contó es que los chilenos consiguen una copia de los planos y cuando la guarnición se da cuenta, tienen a 4 mil salvajes dando de gritos a 200 metros de ellos, mientras la niebla de la madrugada del 7 de junio todavía no se disipaba, al tiempo que el resto se daba el lujo de esperar, “a ver que pasaba con los peruanitos, esos”.

Discusiones sobre la decisión de Bolognesi he tenido un chorro, pero siempre acaba resumido en dos posiciones: Por qué decidió inmolar a tanta gente, si el ya era un hombre que vivió lo suyo, ya había sido licenciado del Ejército por edad. Por qué sacrificar a tantos jóvenes en la flor de la vida, cuando la victoria era imposible y les garantizaban la salida de Arica con el honor y el pellejo intactos. Esta posición se enfrenta a la que dice que patria hay una y mejor plantar la cara y ver cuántos nos podemos llevar por delante primero, antes de que la historia nos juzgue de cobardes y los que sobrevivamos no podemos volver a ver a los ojos a nuestros hijos.

El resultado ya todos lo conocemos. Un bombardeo de los mil diablos, peleas cuerpo a cuerpo, con cuchilladas que sólo buscan herir para matar más tarde, nadie se rinde, nadie pide cuartel; los oficiales mueren casi todos, junto con sus subalternos (cosa que casi no se da en ninguna guerra del siglo XIX). Un anciano con fiebre que se rehúsa a rendir su reducto; un comandante sin barco que se inmola con sus marineros haciendo de infantes de artillería; un argentino que vino a ver la guerra y se quedó hasta recibir tantas heridas que lo dieron por muerto (luego fue presidente de su país); millonarios que pagan de su bolsillo los fusiles de sus peones para luego lanzarse a caballo al mar azul. Niños héroes, jóvenes poetas, todos consumidos por la vorágine de la guerra. Y luego el caos, el saqueo y el dolor.

Recuerdo de todo eso nos queda un Cristo blanco, colocado allí por el gobierno chileno, separado como con pena de los cañones. La leyenda lo dedica a los valientes que allí pelearon. Y saben qué, allí también dice Perú.

14 Comments:

Blogger Tortuga Maldita said...

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12:09 a. m.  
Blogger Gastón said...

La gran pregunta es:
Ustedes se iban o se quedaban?

12:18 a. m.  
Blogger Tortuga Maldita said...

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1:02 a. m.  
Blogger Carolate said...

Yo me quedaba...

Y aun ahora, con un niño por venir, yo iría mil veces si mi patria me llama para defenderla. Y aun cuando no me llame iré a presentarme para lo que haga falta.

5:02 a. m.  
Blogger M. said...

Ni modo. Nos quedamos Maese Gastón. Porque... no queda sino batirnos.

3:13 p. m.  
Blogger Kat said...

"Scientia et potentia in idem coincidunt"

"Voir pour prevoir, pour pouvoir".

Me gusta la guerra, tengo complejo de soldadito.
Me quedo.

9:29 p. m.  
Blogger Tortuga Maldita said...

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10:11 p. m.  
Blogger Sludgeman said...

Que viva el Peru carajo!!!!

...y ya venimos con los goles de Cubillas...

1:53 a. m.  
Blogger Gastón said...

Por què serà que no les creo?

8:42 p. m.  
Blogger Tortuga Maldita said...

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9:56 p. m.  
Blogger Carolate said...

Creeme, yo la Carolate, la de las elfas clérigas y de nombres impronunciables... Yo casada con un militar español (si hay guerra con España me ca...) iría a luchar por mi país, aunque el hombre que duerme a mi lado quiera retenerme y aunque sepa que eso le cause más mal que bien.

Porque mi primer amor fue mi tierra y así me enseñó mi papá cuando tenía 2 años y aprendí a leer y a contar historias de su mano.

5:17 a. m.  
Blogger Kat said...

Mi cultura "élfica" está tan nutrida como mis conocimientos sobre física nuclear contemporánea. No obstante comparto la sensación y el compromiso que Carolate ha plasmado. Uno no nace con eso, no nace con ese apego. Lo cultiva desde pequeño.
Yo si me quedo y si lucho, aunque probablemente me matarían rapidito

1:37 p. m.  
Blogger Gastón said...

Me pareces sincera Carolate, sobe todo porque te conozco hace una punta de años.

4:22 p. m.  
Blogger Tortuga Maldita said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

11:46 p. m.  

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