Nombre: Gastón
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

lunes, 23 de mayo de 2005

Los naufragos

Hace dos días se conmemoró -sería imbécil decir que se celebró- otro año más del combate de Iquique, ese en el que Grau se ganó el título de Caballero de los Mares y donde el Perú se fue derechito a perder la guerra del Pacífico ya desde 1879 y claro, no nos dimos cuenta hasta que tuvimos a los chilenos tomando lonchecito en Palacio 4 años después. Pero me estoy desviando del tema.

El asunto es que ahora que lo pienso, ni siquiera se conmemoró, porque eso significaría que alguien se dio cuenta, a alguien le importó, y hasta donde recuerdo, el día que el Huáscar y la Independencia rompieron el bloqueo de Iquique ha pasado desapercibido. Salvo para los vecinos de la estrella, claro. Para ellos el hundimiento de la Esmeralda es su acción gloriosa, su equivalente de nuestro Angamos, su y a ellos mis valientes, y es que los pueblos torpes y los no tanto nos especializamos en rescatar las derrotas y exaltar la masacre disfrazándola de patriotismo y sacrificio por la bandera y todo ese rolloque nos venden los que van a los combates sólo a sacarse la foto.

Masacre, decía, porque cómo si no calificamos el hecho de que Grau rescatara a los náufragos de la Esmeralda, no más de 20 de una tripulación de casi 200, porque como nos contaron en el colegio, Grau dio la orden de atacar con el espolón. O sea, para que se hagan una idea, el Huascar, un vapor blindado de la clase Monitor, como sale en cualquier libro de historia militar del mundo (los ingleses sobre todo le dedican algunas líneas) atravesó de lado a lado un viejo buque de madera que los chilenos capturaron a España tras los combates del 2 de Mayo (que también hubieron en Chile). A eso súmenle que cada vez que el monitor le metía 10 toneladas de buen acero europeo a las entrañas de madera, disparaba dos cañones de 250 libras. O sea, pura candela a dos metros de tu cara, por lo que si se logró recoger 20 náufragos era mucho pedir ya que la mayoría acabó en cachitos rojos que cuando cayeron al agua todavía no sabían que ya estaban muertos.

Claro, luego vino el asunto del naufragio de la Independencia, donde el concuñado de Grau (esa no se la sabían) ametralló a los naufragos, porque el buque peruano se hundió solito y sin ayuda. Nada que reprocharle al chileno al querer escapar de la mole que era la Independencia (los buques siempre llevarán apelativo de mujer, salvo el Huáscar), escondiéndose entre arrecifes que al final le abrieron el vientre a la nave peruana que se hundió sin que hasta ese momento tuvieran un sólo marinero con apenas una uña partida. Que los fusilen en el agua fue otro cantar, pero ya ven, era dar y tomar. La guerra es así, no la he inventado yo, aunque bien hubiera estado que en vez de asesinar peruanos, Condell pudiera dignificar su victoria con un gesto similar a Grau y no convirtiéndose en lo que desde Nuremberg les ha gustado llamar criminales de guerra.

Ahora, antes de acabar, una advertencia. Nada de discursos patriteros de esa monguería de vamos a quemar Lan ni fuera chilenos de mi casa. Que esas son estupideces de anormales que no tienen ni perra idea de lo que es una guerra, lo que cuesta a un país en vida y en recursos y el dolor a futuro que eso causa. La herida sigue abierta pero en lo que respecta a lo que toca, lo que me importa reclamar es que no nos roben la memoria. La guerra estuvo allí, se metió hasta nuestras casas en 1881, en Lim,a y todavía hay gente que hoy cree que aún estamos para agarranos a cañonazos y ametrallar náufragos. La misma gente que el 21 de mayo, después de despotricar contra la venta de armas, los pantanos, las disculpas y los videos, destapó una chela, predió la tele y puso el fútbol, lo único que había que recordar aquí y ahora.

5 Comments:

Blogger M. said...

Eso. No estamos para andar despotricando contra los extranjeros por cosas que están YA en el pasado. La guerra es dura, terrible y todos los adjetivos que se le ocurran, pero ya PASÓ.

Y es eso lo que alguna gente todavía no entiende. Y están a un paso de convertirse en xenófobos.

Lo que me recuerda una frase de Austin Powers: "Hay dos clases de personas que no soporto: los que no respetan a los demás y los holandeses..." PLOP!

5:39 p. m.  
Blogger Kat said...

wtf?
ejem, por cierto, muy buen post.
Me recuerda la historia de los parques reductos, que divaga en mi mente "a media caña"
Sea como fuere..
será motivo de mi próximo post
Grande maestro, usted siempre.

5:41 p. m.  
Blogger Tortuga Maldita said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

7:39 p. m.  
Blogger Gastón said...

Nunca dudé de que aún quedaban restos de cordue.
Ya llega la segunda parte: "Fue una buena idea en ese momento"

3:43 p. m.  
Blogger Gastón said...

Sophe, por cierto, no eran parques reductos, simplemente "reductos"o trincheras, muy similares a las de la película "Gloria" con Mathew Broderick de la guerra civil estadounidense.

9:06 p. m.  

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