Otro

Hace unos días recibí una invitación para participar de un curso de corresponsales con la Policía Nacional, sin saber en la que me estaba metiendo. A diferencia de otros cursos similares que he llevado, los muchachones de la penepé se la tomaron re en serio con eso de que, "vamos a trabajar juntos, hombro con hombro". Así que nada de lapicitos y charlas con dispositivas. Lleven ropa cómoda, nos dijeron, y bueno pues, tras la charla de rigos, nos psaron un video de G.I. Jane. Mhmm, estos nos tratan de decir algo, pensé, sobre todo, cuando el instructor (chez, y los profes?) dijo que no había podido encontrar el video de Full Metal Jacket.

A ver, señores, en fila, que se les va a repartir su armamento. Wtf!? Sep, cada uno chapó su AK-47 y las próximas horas nos las pasamos rampando, marchando, sudando y todos los ando posibles, con el bendito fusil. Calibre 7.62, FMJ, 30 disparos por cacerina, culata de bakelita o madera, ideal para todo tipo de emboscadas, ataques, defensas y parrilldas bailables... Señor!

Cuando ya me había acostumbrado a los 5 kilitos que pesaba mi compadre, nos lo cambiaron por un bonito rifle alemán, que pesa casi el doble, y que de paso, no tiene el bonito resorte tras el percutor que evita las sacudidas, o sea, al momento de disparar, el HK patea como un caballo sobre el hombro. Ya teníamos los codos raspados, las rosillas desechas, y para las dos de la y tarde, una tía con dos puntos en el labio, y otra con un feo tajo en el brazo. Así que cuando nos ordenaron colocar las cacerinas en las armas, realmente me preocupé de que algún idiotita en realidad se cra Rambo, o peor aún, Mr. Bean, y termináramos todos saliendo en los diarios. Sí, en la página de policiales, paradójicamente.

Los instructores, valgan verdades, se pasaron de profesionales y de cuiidados. No nos hixcieron pasar ningún riesgo, peroi igual, armas son armas, y balas son balas, y cualquiera que haya visto como te queda el bonito cuerpo con una onza de plomo adentro, sabe que mejor abres los ojos, o los dejas cerraditos para siempre.

En la práctica de tiro no me fue mal; en realidad, bastante bien, salvo por el hecho que disparar acostado sobre grava hace que cada tiro te lanze el brazo para atrás, dejando los codos, que ya estaban algo pelados, notablemente magullados. Para terminar la sazón, regresando del campo de tiro alguien gritó !gas! y no es que el asado con purpe hiciera efecto, si no que a los intrsuc les gustó la idea de hacernos correr un poco echando gas lacrimógeno en medio de la formación.

Consejo: no se tiren agua, es peor. El efecto de pánico no fue mucho, porque por el trabajo, el gas viene siendo como parte del oficio, pero de todas maneras, de que ahoga, ahoga, más si estás cansado, y actúa sobre las superficies húmedas. Sí, sobre esa aguita que sale de las magulladuras superficiales... los buenos codos, que ardían que era para sacarse los brazos a mordiscos.

Quería escribir ayer, pero recién me pude levantar hoy a las 5 de la tarde, en parte, porque saliendo del curso me tocó trabajar de madrugada en el canal, así que me duele hasta el pelo, aunque tengo la satuisfacción de haber vencido mi porpio límite, y me llena de orgullo, no lo oculto. Veamos que viene el próximo sábado.