Gajes buenos 1
Aquí voy a empezar a postear algunas historias que me ocurren en la oficina. Básicamente recuerdos viejos que tengo miedo de olvidar y que quiero se conserven. Y para no ser pesimista, empezamos con uno bonito, de hace casi dos años.
Estábamos en el aeropuerto, un grupo como de 20. Lo del accidente de Chachapoyas acababa de ocurrir y estabamos en embarque de vuelos nacionales esperando que llegaran los rescatistas para que nos den pormenores del tema. Llegamos a las 9 de la mañana y a las dos se podía ver a un grupete de impresentables con cámaras, cables, micros, grabadoras y cuantas chivas se necesitan en el oficio, desparramados en el piso, durmiendo, haciendo crucigramas, leyendo libros o jugando con sus teléfonos.
La espera nos tenía crispados, con las llamadas de los jefes y el hambre que sonaba en los estómagos. En eso una fotógrafa recibe una llamada y se abraza a un completo extraño. Lleva unos 7 meses de embarazo y con esa barriga no debería cargar la maleta de su cámara. Salta y se sigue abrazando; estamos tan aburridos que por hacer algo nos empezamos a abrazar entre todos y a silbar, tomar fotos, por ahi gritam "feliz año", cosas por el estilo. Los turistas nos miras extrañados.
Ella era practicante y ganaba 400 soles por 12 horas de trabajo 6 días por semana. La acababan de contratar y pasarla a planilla. Corrió a compran dos botellas de agua y 3 paquetes gigantes de galletas Doré y nos dimos un banquete con eso y los restos de doritos, chizitos y demás maravillas que todos teníamos para engañar al estómago, sentados en el piso del aeropuerto, mientras los de seguridad nos cercaban, carajo, con estos locos ya no se puede.
Estábamos en el aeropuerto, un grupo como de 20. Lo del accidente de Chachapoyas acababa de ocurrir y estabamos en embarque de vuelos nacionales esperando que llegaran los rescatistas para que nos den pormenores del tema. Llegamos a las 9 de la mañana y a las dos se podía ver a un grupete de impresentables con cámaras, cables, micros, grabadoras y cuantas chivas se necesitan en el oficio, desparramados en el piso, durmiendo, haciendo crucigramas, leyendo libros o jugando con sus teléfonos.
La espera nos tenía crispados, con las llamadas de los jefes y el hambre que sonaba en los estómagos. En eso una fotógrafa recibe una llamada y se abraza a un completo extraño. Lleva unos 7 meses de embarazo y con esa barriga no debería cargar la maleta de su cámara. Salta y se sigue abrazando; estamos tan aburridos que por hacer algo nos empezamos a abrazar entre todos y a silbar, tomar fotos, por ahi gritam "feliz año", cosas por el estilo. Los turistas nos miras extrañados.
Ella era practicante y ganaba 400 soles por 12 horas de trabajo 6 días por semana. La acababan de contratar y pasarla a planilla. Corrió a compran dos botellas de agua y 3 paquetes gigantes de galletas Doré y nos dimos un banquete con eso y los restos de doritos, chizitos y demás maravillas que todos teníamos para engañar al estómago, sentados en el piso del aeropuerto, mientras los de seguridad nos cercaban, carajo, con estos locos ya no se puede.
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