Nombre: Gastón
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

sábado, 6 de agosto de 2005

60 años despuès

Vaporizados. Piènsenlo bien. Nada, cero partìculas, con algo de suerte, tu sombra estampada como un negativo fantasmal contra una pared, o tus nalgas impresas por la grasa en el peldaño de una escalera, cuando la vieron caer. 300 mil grados centìgrados en 0.01 segundos, vientos abrasadores de 4 mil kilòmetros por hora (un huracàn del Caribe registra 120 km y sin calor), la nada absoluta sobreviviendo en las ocho primeras cuadras de de deflagraciòn.

Hace 60 años, una fortaleza volante B-29 hizo ingresar a la humanidad en la era nuclear. 80 mil japoneses de Hiroshima muertos de manera instantànea. Pero lo que me sigue pareciendo terrible son esos miles que simplemente se desintegraron. Literalmente borrados de este mundo. Tres cuartos de agua por uno de sòlido convertidos en partìculas animadas que se llevò el viento. El fuego que dejò el hongo nuclear de 13 kilòmetros de altura fue tan grande que absorviò el oxìgeno del ambiente a una velocidad de vèrtigo, tan grande que creò un vacìo que hizo que los ojos estallaran y las vìsceras se salgan del abdomen. Y no muerieran.

Y el resto, hibashukas, en traducciòn dura, "afectados por la bomba": càncer, quemaduras, la piel colgando en jirones sobre el hueso expuesto. El trauma posterior, los que agonizaron por dìas, semanas, meses, años. Los que hasta hoy no se han recuperado. Los que despiertan en la noche gritando de horror, trasladados nuevamente a un campo donde el edificio màs alto tiene 40 centìmetros, pisando cuerpos que aùn no han muerto y que se aferran a tus tobillos mientras corres sin saber a dònde, ciego por tu propia sangre.

Luego vino la discuciòn, la polèmica. Los defensores de usar a Litlle Boy y su carga de equivalente a 15 mil toneladas de dinamita dicen que sacrificando vidas civiles del enemigo se ahorrò muchìsimo en vidas militares de los Aliados. Que eran ellos o nosotros, el Imperio del Sol o la Alianza de Occidente. Un ataque frontal a la isla de Japòn hubiese significado quizà màs de los 350 mil muertos que hoy, 6 de agosto de 2005 ha cobrado el estallido de las dos ùnicas bombas atòmicas detonadas sobre objetivos reales. Y la destrucciòn no de dos importantes centros industriales, si no de todo el paìs, sumando a los inevitables muertos de ambas facciones militares, la de los civiles que en ciudades como Dresde, Stalingrado o Londres, veìan simplemente còmo sus casas eran metòdicamente martilladas cada noche por la artillerìa y bombarderos del salvaje de turno.

¿Era vàlido un golpe brutal y genocida que detuviera de una vez la matanza de meses que se avecinaba para poner fin a la Segunda Guerra Mundial? ¿Fueron conscientes los lìderes del mundo del apocalipsis que acababan de abrir sobre civiles que poco tenìan que ver con la guerra?. ¿Està bien sacrificar a 10 de ellos para salvar a cinco de los tuyos? ¿Seremos siempre tan hijos de perra?

3 Comments:

Blogger Tortuga Maldita said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

10:49 p. m.  
Blogger Kat said...

Iba a postear sobre lo mismo pero como siempre en fechas tan importantes como este 6 de agosto usted se me adelanta. Pero sabes?

De repente me puse a pensar en los que no se desintegraron en Hiroshima. En cómo miles de madres, padres e hijos vieron morir quemados, axifixiados o intoxicados a sus seres queridos, sin poder hacer nada al respecto. En como miles de soldados fueron engañados para no dar agua a los sobrevivientes, pues les dijeron que si les daban agua moríanm, y todos chiquillos ellos, se la creyeron (semejante trauma. En cómo se estos mismos sedientos se tragaron la lluvia negra que caía encima de ellos, lluvia que se formó luego de la explosión y que tomó ese color debido al intenso humo que poblaba el lugar. En cómo, posteriormente, estos mismos sedientos morían desagrados y mutilados por la radiación. En cómo los científicos yankis usaron de conejillo de indias a miles de ciudadanos inocentes, porque sabían que la bomba era peligrosa y bastante nociva, pero no tenían ni la más mínima idea de cuáles serían sus efectos en el ser humano, y en lo que el gobierno estadounidense dijo al respecto: Nosotros hemos atacado en respuesta al ataque a Pearl Harbor. Pedíamos la rendición del gobierno Japonés pero, en vista de su negativa, ciudades como Hiroshima y Nagasaki seguirán sufriendo los embates de la bomba atómica

Y respondiendo a tu pregunta:
Sí seremos siempre unos hijos de perra. Dios nos ampare y ojalá alguien pueda demostrarnos lo contrario.

11:22 p. m.  
Blogger Rgm_480 said...

Sobre las bombas de Hiroshima y Nagasaki me encuentro parti'o a medias por completo. Entiendo ambos lados con buenas razones. Pero no entiendo el daño causado.

2:37 p. m.  

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