Diez años que se nos pasaron

La gente a veces me pregunta hace cuánto salí del colegio. Once años les respondo, sabiendo que se viene la repregunta. Ahh, y por los diez años qué hicieron, ah. A dónde fue la reunión, cómo encontraste a tus patas.

Pues bien, la respuesta me la sé casi de memoria. No hice, hicimos ni participé de ninguna reunión de reencuentro, primero, porque nadie la organizó y segundo porque serviría principalmente para saber qué es de mis amigos, no? Y la verdad es que a mis amigos nunca dejé de verlos.

Allí estamos, barbones unos, pelados otros, con lentes, billeteras, agendas y bárrigas más gruesas, pero básicamente los mismos. Un buen día conversando caímos en la cuenta de lo de los diez años. Habrá que hacer algo, no? El Buen Sabor puede ser, no?, un viajecito, no?. Al final la de siempre, nada de nada, pero nos vemos con bastante regularidad, es más mientras escribo esto, me mantengo en línea con uno de ellos, conversando de las últimas.

No necesitamos de fechas especiales ni años redondos para vernos. Para redondeces nos bastamos nosotros. Las décadas de historia en conjunto (qué anciano sonó eso, rayos!) nos las vamos comiendo.