Nombre: Gastón
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

jueves, 22 de diciembre de 2005

Así que esto era

Mientras, en tu corazón cambian algunas cosa. Descubres responsabilidades y remordimiento. Pero eso ocurre después. Digan lo que digan quienes no tienen ni idea del asunto, lo que lleva a un periodista a sus primeros campos de batalla es poder decir: estuve allí. Pasé la más dura reválida de mi perro oficio.
Arturo Pérez-Reverte.

Ya llegué. Las peripecias del viaje de regreso me las guardo para cuando termine de asimilar el susto y el mal rato, así que me concentraré en recordarme algunas cosas que pasaban por mi cabeza cuando estuve allá por el Bolivia.

Así que esto era. Al final de tanta espera ningún desborde popular. Este ha sido un viaje de no autodescubrimiento ni nada, pero si muy aleccionador. Aleccionador porque te quita el glamour de la que usualmente se visten tus fantasías más caras y te deja con la realidad y el trabajo duro.

Lo digo mientras miro algunas fotos que traje del viaje. Esta es la realidad. Desayunar a las 11 de la mañana después de salir a trabajar desde las seis, comiendo un sánguche frio que dejaron en la puerta de tu habitación, mientras repasas tus apuntes y haces zapeo en la tele para tener las últimas. La cama todavía desecha, con el saco junto al gel, enredador en la frazada. La corbata echada a trás y los puños doblados, con el cámara terminando de editar lo último del informe que han preparado.

Así que esto era. Este es el mundo de los corresponsales extranjeros que he empezado a conocer. Cenar una cerveza en el lobby del hotel, peleando por las únicas máquinas libres con un gringo que te jura debe salir en directo para Suiza (luego se vengó dejándome con mi equipo encerrado en la azotea con 10 grados, el muy perro). Al final todo se resume a dormir poco, salir corriendo, comer menos, y empezar a sumar camisas sucias en el ropero y botellas de agua junto a tu cama, donde tienes las aspirinas.

El glamour y el fashion del mundo de la tele te lo guardas para los patas. Cuando les enseñas los fotos, o muy heroico les presentas algún recuerdo exótico de tu último viaje donde juegas a jugarte el pellejo. Pero tras bastidores era esto. Y me dejó en una palabra que aún no termino de descubrir.

Así que era esto. He jugado con los lobos más viejos de las cadenas que sólo podía ver por cable, y que ahora competían conmigo de igual a igual. Todos estaban allí: Reuters, Fox News, ABC, NBC, CNN, RPP -tambiéeen, claro-, El Clarín, El País, El Mundo, Le Mond. Todos. Y yo, asistiendo a mi primer amago de conflicto internacional. Sería pretencioso decir que veía en esos viejos fumadores y en esas tías de mirada cansada a mi futuro, pero me gustaría. Jamás les vi llamar o recibir un mensaje personal. Claro, la mayoría son divorciados, se casan entre ellos, o tuvieron el juicio de no emparentarse. Cuando hacés de tu casa una habitación de hotel, me contaba un pata argentino, tu mujer se va a aburrir, che, y te va a terminar dejando, o tu te enamorarás de la piba del telo que te recibe los mensajes. Pero no siempre pasa boludo, y cambiá esa cara, que nos pedimos otra cerveza.

Así que era esto. La gloria. Salir cuatro mil veces al día con el cintillo de enviado especial, escuchando a tu mamá y tu novia decir que lo has hecho muy bien, que estamos orgullosos de ti, hijito. El resto queda para tí. Sobornar un botones para que te de su teléfono personal para un despacho, correr cargado de baterías, cables y el micro de un lugar a otro, con la nariz sangrando, mientras la cabeza te da vueltas. Emborracharte de euforia y felicidad hasta las seis de la mañana, porque todo acabó y tus jefes no se han quejado -que en este mundo ya cuenta. Robar pancitos del bufet y que duros por el frio, se conviertan en tu almuerzo en algún lugar entre La Paz y El Alto. Sonreirle a hijos de puta y tener que mentirle a tus mejores amigos, esperando que ellos no te estén haciendo lo mismo. Salir a media noche a buscar un taxi, con lluvia, pero felicitarte de que ese informe abra el noticiero al día siguiente en tu país, luego de que te dejaste el sueño frente a una computadora.

Esa es la gloria. Yo estuve allí. Y voy a volver.

5 Comments:

Blogger Tortuga Maldita said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

4:06 p. m.  
Blogger Gonz said...

Lo único que me molesta es que, teniéndote en el MSN, me entere que hayas llegado por el blog de la Tortu... o sea, qué falta de charm, ¿sabes?

En fin, felicidades... pero como no tengo cable y no he visto tus reportes especiales, tendré que pedirle la cinta de VHS que tu madre y/o tu novia han de tener.

4:58 p. m.  
Blogger Lady Bathsheba said...

porque se moplesto Gonz? xq no trajo los regalos? si es por eso... me apunto en su molestia ;)
apanado en Año Nuevo!

8:19 p. m.  
Blogger Lady Bathsheba said...

ah! si! la chamba...lo habia olivado.. pues si..nada mas rico que ponerle todas las ganas del munod y hacer lo imposible -y posible como sobornear a medio mundo- para que las cosas salgan mejor aun.
Que bueno que sienta asi su chamba! Grande Don!

8:20 p. m.  
Blogger Angus said...

Menuda chamba!!! Estar donde ocurren las notícas mas importantes!! nuestro pan de cada día. El "Yo estuve ahí" se guarda dentro de nosotros con mucho recelo. donde quiera que estemos sigamos para adelante!!!

12:25 a. m.  

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