Mi primer cumpleaños
Hoy hace un año que la gente de la oficina lleva aguantándome. Parece increíble, cuando llegué en diciembre de 2004, saludé algunas caras conocidas y con las mismas me puse a trabajar. Lo máximo.
Y han pasado tantas cosas, gracias a Dios casi todas buenas. Veamos, queda como leyenda urbana aquella vez en que me dio un ataque de risa en un despacho en vivo frente a la nunciatura, explicando que el Papa acababa de reunirse con su jefe. Recuerdo con Chuto y Aurelio el despacho que hicimos a las 2 de la mañana desde el Congreso el día que iban a sacar a Toledo por vacancia. Y -según M- la patinada que resultó explicar porqué los submarinos NO desfilan en 28 de Julio (sigo pensando que tengo razón, viejo).
De verdad han pasado muchas cosas, y siento que el año no ha acabado, porque me la he pasado rodeado de gente maravillosa, y si han visto el blog de la Tortu, también muy rumbosa, que aprovechan la cercanía de la chamba con mi casa para venir y alegrar un poco la noche con una visita inesperada.
Me gusta mi trabajo. Me gusta que a la niña le guste mi trabajo, y que esté orgullosa de el. Peor lo que más me gusta es sentirme cómodo, con sus altos y bajos, pero bien, Siento que crezco y que doy para más. Jamás pensé que celebraría un aniversario laboral, pero ya ven, uno se acaba descubriendo un poquito cada día.
Y han pasado tantas cosas, gracias a Dios casi todas buenas. Veamos, queda como leyenda urbana aquella vez en que me dio un ataque de risa en un despacho en vivo frente a la nunciatura, explicando que el Papa acababa de reunirse con su jefe. Recuerdo con Chuto y Aurelio el despacho que hicimos a las 2 de la mañana desde el Congreso el día que iban a sacar a Toledo por vacancia. Y -según M- la patinada que resultó explicar porqué los submarinos NO desfilan en 28 de Julio (sigo pensando que tengo razón, viejo).
De verdad han pasado muchas cosas, y siento que el año no ha acabado, porque me la he pasado rodeado de gente maravillosa, y si han visto el blog de la Tortu, también muy rumbosa, que aprovechan la cercanía de la chamba con mi casa para venir y alegrar un poco la noche con una visita inesperada.
Me gusta mi trabajo. Me gusta que a la niña le guste mi trabajo, y que esté orgullosa de el. Peor lo que más me gusta es sentirme cómodo, con sus altos y bajos, pero bien, Siento que crezco y que doy para más. Jamás pensé que celebraría un aniversario laboral, pero ya ven, uno se acaba descubriendo un poquito cada día.
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