Nombre: Gastón
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

jueves, 12 de enero de 2006

13 de enero

Este año me he tomado la molestia de ir hasta allá, al morro, y darle una visitada. Y antes de escribir lo estuve mirando un rato, desde el canal, oliendo la brisa marina que trae el malecón. Y me pongo a imaginar.

Pienso en que una noche como fue la última noche que vieron miles de peruanos, soldados de lìnea, claro. De esos que venìan de combatir a los chilenos varios años, y que una noche como hoy hace 125 años, olieron seguramente la misma brisa que yo, abrazados a sus Chassespot de aguja, o a las viejas carabinas Winchester, de esas que se encasquillaban al disparar. No puedo dejar de pensar en esos fantasmas cada año por esta època, e igual que el año pasado, conjuro su presencia escribiendo en mi blog (que ayer cumpliò un año, lo había olvidado) y me gusta imaginar cosas.

Alucino a los peruanos haciendo una fogata por allà, en el puente de Atocongo, o a la altura de la Richi, por donde pasa la avenida llena de bañistas. Quizà calentando el rancho y bebiendo doble ración de ron para espantar el frio y el miedo, por la Bolichera, donde cientos estudian inglès en el Britànico. A Cáceres, envuelto en su capote, a punto de perder un ojo horas después, revisando a los del Ayacucho Nº5, al Jauja, al Canta, al Libres de Trujillo, a tantos cholos valientes que literalmente lo siguieron hasta la puerta del Infierno aquella mañana nublada del 13 de enero de 1881.

Ahora pasamos por allì y nadie recuerda nada. Pasas por la avenida Benavides, por el cine, y ves los nombres de batallòn Callao, Artesanos, Pastor Dàvila, e ignoras que no son caprichos de un urbanista loco, sino el ùltimo intento de no arrancar nuestra memoria, de recordar que allì con dos huevos como mejor arma, lo que quedaba de nuestra dignidad de soldados se dejó acuchillar sin retroceder en el terreno, cuando a la tercera carga, no había balas qué disparar ni tampoco una bayoneta para una desesperada lucha de cuerpo a cuerpo. Ahora, hay Wong y Santa Isabel allí, claro. Qué va a quedar tiempo para lo otro.

Me he tomado una pausa y he vuelto a salir. Vuelvo a ver el cielo que no volvieron a ver más, y la cabeza se me sigue llenando de ideas. A las cinco de la mañana, en mi cama, todavía la niebla -la camanchaca- hiela un poco y me obliga a finalmente taparme con las sàbanas. A ellos probablemente les obligó a atizar las brasas, mientras se aprietan unos a otros, a lo lejos suena el relincho de un caballo, la voz de alerta de un centinela. Así empezó pues, a oscuras, con tiros a la desesperada, fogonazos, la confusión inicial de no reconocer a propios ni extraños.

Se peleó con furia y desesperación en Barranco, por el Kitch, Sargento, Dragón. Chorrilos se batía en un combate aparte cuando desde San Juan empiezan a llegar los primeros restos del desatre. Fusilan miserablemente a los bomberos italianos en la plazoleta San Pedro (ahora preparan un gran ceviche en una de las esquinas, que sigue igualita). Todavía se llama Arriba Perú el paupérrimo barrio, arrasado en el morro por la batalla y que sigue siendo un conjunto de casuchas que no valen nada. Santa Teresa sigue siendo la calle donde los últimos restos de las fuerzas de Cáceres se baten casa por casa, en el malecón, en los pantanos de Villa, en la carretera. Todo, todo, todo. Nada al final.

Ya me voy a dormir, mañana 13 como cada mañana, me levantaré a las nueve, encenderé la tele y tomaré desayuno. Posiblemente nadie se dé cuenta que para esa hora, todos mis fantasmas ya lleven tres horas de muertos.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

A veces no sólo el tiempo, sino también el lugar, se aleja. Las huellas que deja son las mismas.

10:34 p. m.  
Blogger Kat said...

Como dice APR: Es uno de mis más antiguos y tristes recuerdos

10:36 p. m.  
Blogger Tortuga Maldita said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

10:48 p. m.  
Blogger Gonz said...

Good one... five stars... and thumbs up...

Y sin embargo, me has hecho sentir mal porque siempre que paseaba por ahí maldije al urbanista loco.

No hay nada qué hacer, ni la historia ni la geografía son lo mío.

8:59 a. m.  
Blogger Angel Castillo Fernández said...

Mierda. Hasta puedo oler la pólvora.

8:31 p. m.  
Blogger Angus said...

Aquellos que lucharon en aquella guerra todavía rondan eso lugares en forma de espiritus!!! y en mi Casda existe alguno. (Un fantasmista de la época con chile!!) provecho si todavia los ves!!

9:22 p. m.  

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