El tiempo está cambiando
No escribo hace mucho. La verdad es que me gustaría escribir un poco de las peripecias del viaje a Sao Paolo y Guarulhos, o el viajecito que me voy a meter a Marcona pasado mañana. Pero hay un tema que me da vueltas en la cabeza hace días, y es el de un viaje a Huaraz que me dejó pensando.
Y lo que me dejó pensando es que ya me estoy haciendo viejo para algunas cosas. La verdad es que el espíritu reportero-dicharachero-indiana-rana que siempre tuve me está dejando un poquito. Hay cosas que ahora pensan más que antes, responsabilidades que no puedes desatender, miedos que comienzan a aparecer.
Estuve metido en la Cordillera Blanca 3 días. Varios nevados, glaciares, lo de siempre. Resumiendo, me caí en una laguna, me resbalé en un río, caminé kilómetros bajo lluvia, niebla y granizo. Y la verdad es que nada tiene de gracioso.
Me perdí durante una tormenta, un blizzard creo que le llaman los gringos. Menos 4 grados, 4 mil 500 metros de altura, visibilidad de 5 metros, granizo, la ropa empapada, caminata de 7 horas. Las botas de nieve que pesan cada vez más, la ropa empapada bajo el capote de plàstico que no protege todo lo que debería. La inmensa sensación de soledad, de desamparo.
No de desesperación. Sólo tenía una pena inmensa. Por mí. Porque perderme ya no era lo que era antes. Ya no fue una aventura maravillosa, de esas que uno cuenta después heroico a sus patas. El cuerpo pesa. No tengo ni 30 años, pero hay cosas que ya no estoy dispuesto a volver a hacer.Por eso sentía pena por mí. Ese viaje me abrió los ojos a las limitaciones que mi trabajo último me había estado ocultando por lo sedentario.
Bah!
Y lo que me dejó pensando es que ya me estoy haciendo viejo para algunas cosas. La verdad es que el espíritu reportero-dicharachero-indiana-rana que siempre tuve me está dejando un poquito. Hay cosas que ahora pensan más que antes, responsabilidades que no puedes desatender, miedos que comienzan a aparecer.
Estuve metido en la Cordillera Blanca 3 días. Varios nevados, glaciares, lo de siempre. Resumiendo, me caí en una laguna, me resbalé en un río, caminé kilómetros bajo lluvia, niebla y granizo. Y la verdad es que nada tiene de gracioso.
Me perdí durante una tormenta, un blizzard creo que le llaman los gringos. Menos 4 grados, 4 mil 500 metros de altura, visibilidad de 5 metros, granizo, la ropa empapada, caminata de 7 horas. Las botas de nieve que pesan cada vez más, la ropa empapada bajo el capote de plàstico que no protege todo lo que debería. La inmensa sensación de soledad, de desamparo.
No de desesperación. Sólo tenía una pena inmensa. Por mí. Porque perderme ya no era lo que era antes. Ya no fue una aventura maravillosa, de esas que uno cuenta después heroico a sus patas. El cuerpo pesa. No tengo ni 30 años, pero hay cosas que ya no estoy dispuesto a volver a hacer.Por eso sentía pena por mí. Ese viaje me abrió los ojos a las limitaciones que mi trabajo último me había estado ocultando por lo sedentario.
Bah!
8 Comments:
Seguro que en un clima como el que describes, estaria rogando por la muerte, pero aun asi suena una aventura interesante.
Por ahi podria salirme una chamba para trabajar en campamento minero, y podria ser por Cerro de Pasco, no es la Cordillera Blanca, pero algo es algo pe'.
Bueno Gastón, se nota mucho como pasan los años, mejor dicho se quedan!!! ya no podemos emborracharnos como cuando teniamos 20 años, amaneceriamos muertos...a esta edad las resacas duelen, sin ni siquiera tomar la decima parte de lo que tomabamos!! hay que admitirlo, estamos viejos!!!
Es el espíritu que está cansado mano, nada más. Claro, hay cosas que nos cansan más que hace 10 años, pero las seguimos haciendo, lo importante es no darse por vencido, de la misma manera que lo vienes haciendo manito, le sigues dando con empeño a todo lo que haces. Bueno, fuerza nomás y nos vemos el sábado, para tirarle arroz (pero en bodoques) al querido Alf.
La verdad, es que todos nosotros estamos bien viejos. Es cierto, como leí por ahí, ahora para recuperarnos de una mala noche necesitamos más de un buen día, qué le vamos a hacer.
La cosa es aprender a descubrir el límite, hasta dónde estamos dispuestos a llegar en una situación extrema, como orinar en tus propias manos cuando están moradas y ya no las sientes, sólo para calentarlas un poco.
Ja! hasta que logré publicar un comentario...Como te dije cuando te recibí sin bañarte y sin alimentarte adecuadamente por 3 días, no vale la pena arriesgar el futuro por unos minutos en tv. No importa lo chéveres (porque estuvieron lindas!!) e importante que sea el calentamiento global, dormir a -3ºC simplemente no está bien. TE AMO
Se ve muy interesante tu vida, es una pena que no logres ver todo lo que te ofrece, es eso -y no tus casi 30- lo que te hace sentir viejo.
hasta que al fin conociste mi tierra hermano...
la vida pasa y deja factura, pero no hay nada q un poco de ejercicio no arregle , claro hay q tomarse las cosas con calma, creo q el espíritu aventurero no te ha dejado, pero hay trabajos q te hacen mas sedentario como tu mismo haz dicho, saluditos
Publicar un comentario
<< Home