Pretty man?
Ya tengo mis años en la oficina. Y para los que no se han enterado, cosa que dudo, parte de la gracia de ganarme la vida está en esa bonita constumbre, tomada no sé de dónde de tener que usar traje. O sea, lo de terno, aunque sólo sean dos piezas (con chaleco ya habría sido el desmadre total la situación). La verdad es que no me molesta más que a la mayoría de los que por trabajo deben llevar saco, pantalón y corbata durante la semana.
El chiste de todo el tema es que los ternos, las camisas, y las simpáticas corbatas con las que adorno mi cuerpecito de Botero, normalmente salían de mi bolsillo, que como comprenderán, no paraba tan gordo como el cuerpo (él mío, no el de Botero) en cuestión. Bueno, como decía, cosas a los que uno termina acotumbrándose, porque como es lógico, nadie espera que su oficina le ande pagando, además del sueldo, el perchero.
Lo cómico del asunto, es que como comprenderán, nadie espera tampoco que tu oficina te mande a digamos, un incendio en Comas o a contar muertos en Casapalca, cargando el sufrido dos piezas para donde te lleve la aventura. Eso, sin más, hace que al rato, la ropa pida tregua, vacaciones y CTS, con el consiguiente de que hay que renovar el guardarropa. Y por último, entre las cosas que cabrían no esperar, es que, en efeco, la empresa, además de pagarte, se preocupe de vestirte, porque eso -ah, la magia de la tele- va como parte del oficio.
Así que ayer salimos de la oficina un primer pelotón de exploradores, que sumábamos tres valientes escoltados por el productor responsable de imagen y sentamos nuestros reales en una tienda, ejem, especializada en ropa para caballeros. Julia Roberts, en la quinta Avenida. No tanto, pero allí estábamos.
Al toque, lo primero, algunas corbatas medio decentonas. Esta, no, muy seria. Esta, no te pases. Estam no, porque brilla mucho. Esta, sí. Esta, tam ién. Mira, esta puede ir con esa camisa azul que estás escogiendo. Y allí la cosa se disparó. Los dependientes corriendo mientras buscaban, digamos, camisa modelo Luxury, blanca, cuello 16. Sí, dame 3 de esas. Señor, le podría recomendar este color melón para la corbata rosa que ha escogido. Claro, causa, tú eres el que sabe. Déjeme ver cómo podemos combinarlos con algunos trajes. Sí, claro, caballeros, de media estación, muy sobrios, como para la pantalla. Mire, esto se lleva mucho en Argentina, así con rayas. Este tiene un tramado más discreto, señor, combina muy bien con camisas blancas o de colores pastel. Claro, le sostengo los paquetes, pruébese este saco, lo tenemos también en charcoal.
Y así, los tres caminábamos descalzos o en camisa de un lado a otro. Muy divertidos, comparando gustos o parándonos frente al espejo. Sonará muy vacío, vanidoso, monse o todo lo que quieran. Pero pocas cosas pueden compararse a pasar un par de horas, dedicándose al ególatra ejercicio de engreirse por una hora. Nada mal para prepararnos para la primavera, no?
El chiste de todo el tema es que los ternos, las camisas, y las simpáticas corbatas con las que adorno mi cuerpecito de Botero, normalmente salían de mi bolsillo, que como comprenderán, no paraba tan gordo como el cuerpo (él mío, no el de Botero) en cuestión. Bueno, como decía, cosas a los que uno termina acotumbrándose, porque como es lógico, nadie espera que su oficina le ande pagando, además del sueldo, el perchero.
Lo cómico del asunto, es que como comprenderán, nadie espera tampoco que tu oficina te mande a digamos, un incendio en Comas o a contar muertos en Casapalca, cargando el sufrido dos piezas para donde te lleve la aventura. Eso, sin más, hace que al rato, la ropa pida tregua, vacaciones y CTS, con el consiguiente de que hay que renovar el guardarropa. Y por último, entre las cosas que cabrían no esperar, es que, en efeco, la empresa, además de pagarte, se preocupe de vestirte, porque eso -ah, la magia de la tele- va como parte del oficio.
Así que ayer salimos de la oficina un primer pelotón de exploradores, que sumábamos tres valientes escoltados por el productor responsable de imagen y sentamos nuestros reales en una tienda, ejem, especializada en ropa para caballeros. Julia Roberts, en la quinta Avenida. No tanto, pero allí estábamos.
Al toque, lo primero, algunas corbatas medio decentonas. Esta, no, muy seria. Esta, no te pases. Estam no, porque brilla mucho. Esta, sí. Esta, tam ién. Mira, esta puede ir con esa camisa azul que estás escogiendo. Y allí la cosa se disparó. Los dependientes corriendo mientras buscaban, digamos, camisa modelo Luxury, blanca, cuello 16. Sí, dame 3 de esas. Señor, le podría recomendar este color melón para la corbata rosa que ha escogido. Claro, causa, tú eres el que sabe. Déjeme ver cómo podemos combinarlos con algunos trajes. Sí, claro, caballeros, de media estación, muy sobrios, como para la pantalla. Mire, esto se lleva mucho en Argentina, así con rayas. Este tiene un tramado más discreto, señor, combina muy bien con camisas blancas o de colores pastel. Claro, le sostengo los paquetes, pruébese este saco, lo tenemos también en charcoal.
Y así, los tres caminábamos descalzos o en camisa de un lado a otro. Muy divertidos, comparando gustos o parándonos frente al espejo. Sonará muy vacío, vanidoso, monse o todo lo que quieran. Pero pocas cosas pueden compararse a pasar un par de horas, dedicándose al ególatra ejercicio de engreirse por una hora. Nada mal para prepararnos para la primavera, no?
7 Comments:
Muy sano eso de engreírnos de vez en cuando. Es justo y necesario también. Yo odio ir de compras, como muy pocas mujeres, lo sé, pero me aburre y me estreza.
Las camisas color pastel... no sé, nunca me han gustado, creo que nunca le compraría una pastel a nadie, pero tengo que admitir, que les queda muy bien a algunas personas.
Saludos.
Bueno, q te puedo decir? No me compro ropa nueva desde hace ufffffffffff. No me preocupa, jamás me preocupó. Soy fotógrafo, soy así. Gracias a Dios.
¿Y ese cargo de "Asesor de Imagen" es nuevo? Siempre sospeché que no eras tú quien escogía tus camisas y corbatas ;)
El productor del canal, uno de ellos, se encarga de ver de lo que sale en pantalla (nosotros) Esta es laprimera vez, Gonz, que acompaña a alguien a asesorar, no escoger, ojo.
Me Llevé dos corvatas rosa y salmón. Me gustaron las de Donald Trump, jajaja.
Ojala los años nio hubiesen pasado, ¡como se extraña el pasado! Cuando no habia microonas, maquina secadora, celular y demas artefactos malignos y la vida era mas simple.Una vuelta a esas epocas seria algo maravilloso.
Oe, ¿y ese anónimo nostálgico de dónde salió?
jajajajaja Gaston en el Boulevard de Beverly Hills, me pregunto si acompañaras a Lorena tambien cuando se compra ropa :)
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