La vida esférica
A veces, la vida te termina sorprendiendo. No tenìa tiempo de escribir, porque la vida (sí, esa que te termina sorprendiendo... oh, deja vu) me tuvo de aquì para allá, pero en fin, aquí regreso de nuevo, a dique seco, como dicen los marinos.
Y en eso, casualidades, justo cae en mis manos un libro sobre aventuras marinas. Yayaya, de una vez les digo, sí, es de Pérez-Reverte. La Carta Esférica, un libro que compre hace mucho y que descubrí abandonado en una mochila de hace mucho, con las hojas amarillas. Anda, que nunca leí este, pensé. Bueno, los libros son buena compañìa, y como me pasaba con Fito Páez, a veces uno encuentra en una canción, en un libro, un reflejo, una respuesta, una observación precisa al momento.
«Si buscas bien todo puede encontrarse en los libros»
«Siempre leíste demasiados libros... eso no podía traer nada bueno»
Hum, este libro me resultó respondón.
«Pronto las estrellas brillarán inútilmente sobre el mar porque los hombres ya no las necesitan para buscar su camino»
Ah, ok, ya vamos mejorando. Sí, me gusta viajar y encontrarme con gente, los amigos en lugares insospechados.
«Siempre hay un tonto que pierde. Y si miras alrededor y no ves ninguno, es que el tonto eres tú»
Mira tú. Y me lo dice así, el muy descarado. A mí que gasté mimplatita en él. Pero suele ser así, a veces se gana, a veces se pierde, y otras se empata. Y así vamos llegando a una frase, que ya del saque, me la han (des)calificado de machista. A mí, particularmente, me parece que refleja la complejidad del ser humano, misoginias aparte.
«La mujer es el único ser que no puede definirse con dos oraciones consecutivas»
Y así, sin más preámbulos. Un párrafo que me pareció que podía compartir, y que dio origen a toda esta vuelta de tuercas. Enumarar nombres a 11 meses del 2006 sería ocioso, injusto, indiscreto y poco caballeroso. Además, hay cosas que sobrepasan los XX y los XY, y si quieren empezar a pensar por pensar, pues que me refiero a la amistad, la cercanìa, los lazos afectivos de diversa índole. Pero a lo que iba, me gustó este punto de vista de un marino cansado, cuando aparece una mujer ni muy hermosa, ni muy inteligente, pero que podía resumirse en eso, en una mujer. Que igual un día una chica va y describe a un hombre desde su punto de vista y le sale algo parecido. En fin, me parece un monólogo a la admiración de un mundo de hombres a quienes sin serlo, se vieron, se ven, metidos en el. Y salen.
La vida de los hombres gira siempre en torno a una sola mujer: aquella donde se resumen todas las mujeres del mundo, vértice de todos los misterios y clave de todas las respuestas. La que maneja el silencio como nadie, tal vez porque ése es un lenguaje que habla a la perfección desde hace siglos. La que posee lucidez sabia de mañanas luminosas, atardeceres rojos y mares azul cobalto, templada de estoicismo, tristeza infinita y fatiga para las que no basta una sola existencia. Era necesario, además y sobre todo, ser hembra, mujer, para mirar con semejante mezcla de hastío, sabiduría y cansancio. Para disponer de aquella penetración aguda como una hoja de acero imposible de aprender o imitar, nacida de una larga memoria genética de vidas innumerables, viajando como botín en la cala de naves cóncavas y negras, con los muslos ensangrentados entre ruinas humeantes y cadáveres, tejiendo y destejiendo tapices durante innumerables inviernos, pariendo hombres para nuevas Troyas y aguardando el retorno de héroes exhaustos; de Dioses con pies de barro a los que a veces amaba, a menudo temía y casi siempre, tarde o temprano, despreciaba.
Y en eso, casualidades, justo cae en mis manos un libro sobre aventuras marinas. Yayaya, de una vez les digo, sí, es de Pérez-Reverte. La Carta Esférica, un libro que compre hace mucho y que descubrí abandonado en una mochila de hace mucho, con las hojas amarillas. Anda, que nunca leí este, pensé. Bueno, los libros son buena compañìa, y como me pasaba con Fito Páez, a veces uno encuentra en una canción, en un libro, un reflejo, una respuesta, una observación precisa al momento.
«Si buscas bien todo puede encontrarse en los libros»
«Siempre leíste demasiados libros... eso no podía traer nada bueno»
Hum, este libro me resultó respondón.
«Pronto las estrellas brillarán inútilmente sobre el mar porque los hombres ya no las necesitan para buscar su camino»
Ah, ok, ya vamos mejorando. Sí, me gusta viajar y encontrarme con gente, los amigos en lugares insospechados.
«Siempre hay un tonto que pierde. Y si miras alrededor y no ves ninguno, es que el tonto eres tú»
Mira tú. Y me lo dice así, el muy descarado. A mí que gasté mimplatita en él. Pero suele ser así, a veces se gana, a veces se pierde, y otras se empata. Y así vamos llegando a una frase, que ya del saque, me la han (des)calificado de machista. A mí, particularmente, me parece que refleja la complejidad del ser humano, misoginias aparte.
«La mujer es el único ser que no puede definirse con dos oraciones consecutivas»
Y así, sin más preámbulos. Un párrafo que me pareció que podía compartir, y que dio origen a toda esta vuelta de tuercas. Enumarar nombres a 11 meses del 2006 sería ocioso, injusto, indiscreto y poco caballeroso. Además, hay cosas que sobrepasan los XX y los XY, y si quieren empezar a pensar por pensar, pues que me refiero a la amistad, la cercanìa, los lazos afectivos de diversa índole. Pero a lo que iba, me gustó este punto de vista de un marino cansado, cuando aparece una mujer ni muy hermosa, ni muy inteligente, pero que podía resumirse en eso, en una mujer. Que igual un día una chica va y describe a un hombre desde su punto de vista y le sale algo parecido. En fin, me parece un monólogo a la admiración de un mundo de hombres a quienes sin serlo, se vieron, se ven, metidos en el. Y salen.
La vida de los hombres gira siempre en torno a una sola mujer: aquella donde se resumen todas las mujeres del mundo, vértice de todos los misterios y clave de todas las respuestas. La que maneja el silencio como nadie, tal vez porque ése es un lenguaje que habla a la perfección desde hace siglos. La que posee lucidez sabia de mañanas luminosas, atardeceres rojos y mares azul cobalto, templada de estoicismo, tristeza infinita y fatiga para las que no basta una sola existencia. Era necesario, además y sobre todo, ser hembra, mujer, para mirar con semejante mezcla de hastío, sabiduría y cansancio. Para disponer de aquella penetración aguda como una hoja de acero imposible de aprender o imitar, nacida de una larga memoria genética de vidas innumerables, viajando como botín en la cala de naves cóncavas y negras, con los muslos ensangrentados entre ruinas humeantes y cadáveres, tejiendo y destejiendo tapices durante innumerables inviernos, pariendo hombres para nuevas Troyas y aguardando el retorno de héroes exhaustos; de Dioses con pies de barro a los que a veces amaba, a menudo temía y casi siempre, tarde o temprano, despreciaba.
10 Comments:
Ab æterno et Ad ternum
Oh, eso suena al final de "Cien años de Soledad", pero en latín.
hasta que al fin googleaste hijo
Suele pasar. Los libros tienen su propia mancia, que se llama Stichomancy, si no me equivoco.
En fin, que unas cuantas veces los libros también me han hablado, me han carajeado y hasta me han sostenido una agradable conversación.
Glad to see u again.
No sé... será que lo único que leo son periódicos, novelas de fantasía y libros de rol, exceptuando claro las ocasionales novelas policiales (ya sólo me faltan leer 2 para completar todas las obras de la Christie), y por eso es raro que sienta que un libro se comunica conmigo... me pasa mucho con las canciones, sin embargo, pero ese es otro lote.
Tendré que empezar a ampliar mis horizontes literarios nuevamente... como cuando estaba en la universidad. Ahí sí que uno leía de todo...
en breve: las mujeres lo somos todo, lo significamos todo y encima... se quejan que nadie nos comprende!
respecto a los libros y las conversaciones con uno... siempre llega a mis manos el libro adecuado en el momento adecuado para darme el consejo adecuado -ok, no se si "consejo" sea la palabra correcta pero si el mensaje adecuado.
Quien no haya pasada nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta que tenia hambre o se estaba quedando helado...
Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solicita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito...
Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado y sin cuya compañía la vida le parecía vacía y sin sentido...
Quien no conozca todo eso por experiencia propia,[...]
no sabe lo que se pierde.
Cierto, muy cierto, M: No sabe lo que se pierde.
Gracias por la nueva bienvenida Carolate, ya te estaremos viendo por aquì.
Gonz, los libros te hablan, hasta los de rol, creo que ya te habìas dado cuenta de eso, no?
Estimadìsima B, claro que son lo màximo, y por supuesto que no las entendemos, allì està lo maravilloso de la relaciòn, en el intentarlo.
De nuevo, M, excelente lo tuyo, me gusto mucho, deberìas compartirlo en tu propio blog.
Lo compartiría con gusto en mi blog amigo mío, si la autoría fuera mía. Es por eso que lo puse en cursivas. Es un extracto de "La Historia Sin Fin" pero siempre lo tengo muy presente, además de haberselo puesto como dedicatoria a mi sobrino cuando le regalé "Tom Sawyer"
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