No sabe no opina

Nombre: Gastón
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

miércoles, 30 de marzo de 2005

Resfrío, corbatas y mujeres

Lo usual es que sea una persona bastante terca, con un ego que tiene que esperar a que yo entre para poder cruzar la puerta (según me dicen). Pero las cosas cambian cuando las defensas bajan, en este caso un maldito ataque de resfriado. Ahora a esto súmenle la visita de dos mujeres con un significativo peso en mi vidda, o sea, mi señorita enamorada y una de mis más viejas amigas. La cosa es que conscientes o no, aprovecharon que estaba wacostado en mi cama, exportando moco a la superficie, en pijama y medio sin voz, para hacer lo que más me gusta a MI: Fregar la paciencia.
Y cuando es en estéreo es peor. Primero, valgan verdades, la novia me trató como rey y me engrió como hijo, llevánndome hasta el almuerzo a la cama. lacosa fue cuando llegó su partner y como decía mi abuelo, se jodió la Francia.
La desesperación de que las neuronas no me funcionaran completas para devolver los tiros me hizo levantarme a media y buscar algo con qué entretenerlas.
Llegué al ropero y les solté como 40 corbatas: escojan cuál me pongo mañabna con este terno y esta camisa.
Santo remedio para entretenerlas un rato... y yo que las había sacado originalmente para ahorcarme o escapar por la ventana.

domingo, 20 de marzo de 2005

Perro

Como cada vez que salgo tirando para la media noche del canal, me suelen pasar cosas raras.
Caminaba por Espinar cuando me crucé con un perro, chiquito y negro. Hola, perro, le dije, e iba pensando en lo loco que sería que me siga. Vino caminando en diagonal hacia mi y se pegó a una pierna con el hocico.
Podría blogear esto, iba pensando. Un perrito que me sigue a media noche por la calle. Qué raro que esté solo, si parece un animal de casa, bien cuidado, con el pelo que le brilla de lo bien cuidado que está.
Le hice unos aspavientos con la mano, y continuó siguíendome. Avanzaba en la noche y regresaba a donde yo estaba.
Pensaba en lo raras que son las noches y que debería poner esop en mi blog, cuando lo vi bien. Lo que pensé que eran los tonos de brillo en su pelo eran en realidad pedazos de piel expuesta por una enfermedad. Cuando caminaba hacia mi en diagonal, parece que había sido sin querer, lo seguí obervando y tenía una pata rota que lo hacía moverse de lado. La gente que salía a esa hora a caminar lo evitaba.
Yo le había hecho un par de gracias así a la ligera nomás. Pensaba que iba a llegar a mi casa y en el blog escribiría algo así como, "un perro negro me iba siguiendo a media noche por Miraflores", pero jamás pensé que pasaría algo así.
Debe ser que venía acumlando falta de sueño, pero entre al Subs, pedí un sánguche (secretamente esperaba que el animal se haya ido para cuando salga) y de vuelta en la calle seguía ahí.
Qué rayos, sigamos siendo surrealistas. Así que me senté en el murito, saqué un pedazo de carne del pan y se lo puse al perro. Un tipo en terno negro, sentado junto a las bolsas negras de basura, alimentando a un perro negro. Bien Kodak el asunto, y ahora que lo pienso, quería que el perro se quedara ahí con su carne, pero me siguió.
Esas cosas me ponen nervioso. No suelo manjera bien esos asuntos y me da pena.
Empecé a caminar más rápido, el perro gemía por el esfuerzo. A ratos me detenía y lo veía acercarse. Por alguna razón le seguía haciendo gracias pero no me detenía.
Me acordé (inevitablemente) de Barlés/Reverte en "Territorio Comanche", cuando habla de los animales heridos por metralla y dice que los perros de las guerras son como los niños golpeados, te ven con sus ojazos de pena y confusión, víctimas de un dolor que no entienden ni buscaron, y uno los deja atrás, como un cobarde, huyendo incapaces de reunir el valor para voltear a pegarles un balazo.

viernes, 18 de marzo de 2005

El profe

Se ha muerto el profesor Ostolaza. Mi profesor de biología de 4to de media. En realidad hubiera querido poner aquí lo especial que era y todo eso (lo que sí es verdad), pero hago el esfuerzo y no puedo recordar cuàl era su nombre.
La primera vez que lo vi, yo todavía estaba en primaria y le gané por puesta de dedos una lechuga que vendía una carretillera en el mercado de Magdalena.
Asúi que el doctor es bien vivio, no? me digo moviendo el bigotazo de Alatriste y acomodándose los lentes.
Años después aprendimos con él lo que el horror puede meterle dentro a un cuerpo de 15 años. Nospaeraba junto a un esqueleto, mi tío Arnulfo a recitar huesitos que hasta entonces desconocía cómo se pronuncuiaban.
A su estilo nos enseñó a ser hombres, a correr riesgos y pagarlos cuando la cagabamos. Inolvidable su teoría de "copiar está muy bien, mientras no los pesque, estúpidos".
Se fue. Parece que lo vamos a extrañar. Todos.

martes, 15 de marzo de 2005

Buenos Baños. Bien Bonitos

Hace un par de días quedé convencido de que se puede conocer la ciudad por sus baños.
La cosa empezó cuando me tocó cubrir una reunión del Apra en Villa maría del triunfo, en una picantería. Retrocediendo en el tiempo, vale aclarar que venía con una currutela brava, producto de comer (más) sandía en estado dudoso, por lo que tuve que acercarme a pedir el baño.
El hueco en cuestión era eso: un hueco, su triplay en la puerta y un trapito colgando graciosamente de un clavo, que servía para asegurar el ambiente y cerciorarse de que los pericotes se quedaran dentro. Con uno. De fondo, mi tío Alan riendo a gritos, pidiendo un poquito más de cebolla pa' su chicharrón.
Quisieron los apus que de allí me tocará ir al Marriot (mi hotel favorito, esnobismos aparte) y nuevamente tuve que mandar un fax.
Parecía que entrré a otro país. Como baño, era idéntivo en estructura al de cualquier baño de hombres de digamos, un centro comercial, con urinarios y casilleros, pero algo no iba igual del todo. Olor a jazmines, puertas de caoba, toallas de tela. El colmo fue el cubículo. El papel estaba perfumado y doblado cual origami japonés. Un parlante personal dejaba escapar La Primavera, de Vivaldi y sólo faltaba el Condorito para que todo sea perfecto.
Felicidad total, aunque me quedó la duda si se podrán alquilar para pasar allí los fines de semana.

domingo, 13 de marzo de 2005

Yo

Sábado al borde de media noche regresé a casa desde la oficina, caminando. Un buen momento para pensar y me puse a reflexionar sobre las cosas que he hecho. He vivido realmente una buena vida?
A veces veo a la gente alrededor mía, más chiquillos, con el aura de inmortalidad que suelen tener los que toda su vida han comido a su hora y con cubiertos y pienso que se me pasa la vida y no hecho cosas para las que algún día me voy a sentir estúpidamente crecido para hacer.
No es que necesite haber tenido mil mujeres o vestirme con ropa "fashion" y reventarme 500 dólares en una farra, así que mientras caminaba por la avenida Pardo, empecé a hacer un recuerdo de las cosas que he hecho.

Un homenaje de mi para mi.
He viajado en submarino y aterrizado en portaaviones; he buscado narcos en vuelos rasantes de helicopteros y he encontrado entierros piratas en una isla.
He subido al Pastoruri en mula y he bajado por el Cañón del Pato en una balsa. Crucé el Qapac Ñam de madrugada y he bajado a cuevas vírgenes a rescatar fósiles de dinosaurio.
He acampado en un cementerio de dinosaurios y he dormido refugiado en un hoyo de murciélagos.
Me atrapó una Paracas escuchando a Vivaldi en el desierto y he navegado en alta mar con temporales.
Me han salvado la vida y quiero creer que yo he conservado unas cuantas donde deben estar.
Me han disparado y he curado heridas. He visto lo que el odio le puede hacer a un hombre y también el poder de la fé y de los milagros.
He desembarcado en un pantano de Nanay con marines paraguayos y he comido gusanos en la selva de Iquitos. He recorrido bares porteños buscando la cerveza perfecta y he hecho amigos de una noche.
He cantado en un baño a dúo con León Giecco, y me atreví a bailar axé con Brenda y Palomita.
Me dejé un lapicero en el asfalto fresco de la vía expres y un celular en el río Huallaga.
Desayuné pan con salchipapas con peones de construcción y he cenado en el Marriot rodeado de embajadores.
Apreté la mano de una mujer de 15 años mientras alumbraba a solas una nueva vida y he lavado de mis botas la sangre de un suicida.
He disparado una ametralladora antitanque y me he movido por campos minados.
He perseguido delincuentes en callejones y sacado perros de casas inundadas. Me he metido al Bolívar por la ventana, colgado de una cortina, y he salido en tanqueta de un mercado que se incendia.
Me han mordido los perros y he roto una cabeza.
He cerrado un bar de piso de aserrín con mis amigos y me he abrazado hasta las lágrimas anónimas por un gol en el estadio.
Sí, creo que ha sido una vida buena. Y toda mía.
Mis amigos creen que sólo me gusta meterme lápices en los oídos y babear mientras duermo. Y me alegro. Su recuerdo de mí es lo que de verdad soy. El otro sólo son mis memorias egocéntricas, que existen para mí nada más.
Cuando me muera, sólo quedará mi recuerdo. Y me gusta.

Ha sido una buena vida hasta el momento.

jueves, 10 de marzo de 2005

¿Para esto fui al colegio?

Sgeun un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el odren en el que las ltears etsan ersciats, la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la utlima ltera esetn ecsritas en la psiocion cocrrtea. El rsteo peuden etsar toatlmnete mal y aun pordas lerelo sin pobrleams.

Etso es pquore no lemeos cada ltera por si msima, snio la paalbra en un tdoo.

Presnoamelnte me preace icrneilbe.

Tnatos aoñs de colgeio y Cuoqito a la mridea.

El día después de mañana

- Papá, cuándo va a haber un Día del Hombre.
-Difícil, hijito. Primero las mujeres tendrían que haber empezado a golpearnos.

*Tomado de las caricaturas de Alfredo en La República.

martes, 8 de marzo de 2005

Songblog o Dia de la Mujer

Ya que tanto me gustan las letras de Fito, Sabina y Calamaro, aqui dejo para ellas un tema compuesto e interpretado por los 3.

Feliz Dia de la Mujer.

*-*-*-*


Se llamaba Soledad y estaba solacomo
un puerto maltratado por las olas
,coleccionaba mariposas tristes
,direcciones de calles que no existen.

Pero tuvo el antojo de jugara
hacer conmigo una excepción
y, primero, nos fuimos a bailary,
en mitad de un "te quiero" me olvidó.

De Esperanza no tenía más que el nombre
la que no esperaba nada de los hombres,
coleccionaba amores desgraciados,
soldaditos de plomo mutilados.

Pero quiso una noche comprobar
para qué sirve un corazón
y prendió un cigarrillo y otro más
como toda esperanza se esfumó.


Por eso, cuando el tiempo hace resumen
y los sueños parecen pesadillas,
regresa aquel perfume
de fotos amarillas.


Y, aunque sé que no eralas más guapa del mundo...
juro que era más guapa,más guapa que cualquiera.


Se llamaba Inmaculada aquella puta
que curaba el sarampión de los reclutas,
coleccionaba nubes de verano,
velos de tul roídos por gusanos.

Pero quiso quererse enamorar
como una rubia del montón
y que yo la sacara de la"calle de los besos sin amor"

Y, mil años después, cuando otros gatos
desordenan mis noches de locura,
evoco aquellos ratosde torpes calenturas.


Y, aunque sé que no erala más guapa del mundo,
juro que eramás guapa, más guapa que cualquiera,
más guapa que cualquiera, más guapa que cualquiera..

sábado, 5 de marzo de 2005

Mi amigo el taxista

A estas alturas Javier ya debe estar muerto. Al menos eso fue lo que me dijo. Hace sólo unos días. Conocí a Javier hace unos días a media mañana, en horario de oficina. Un señor muy amabl, en sus cincuenta y pocos, de unos modales impecables, que manejaba un Nissan Sentra color blanco, perfumado y con una afeitada perfecta. Ojalá fueran así de correctos todos los taxistas y sus carros estuvieran tan bien cuidados, pensaba mientras me subía al asiento del copiloto y observaba todo por dentro. Pero las cosas eran demasiado buenas, algo parecía no encajar. Y me puse a observar. Javier seguía en lo suyo, manejando; o más boien debo decir que se aferraba al timón. Yo lo miraba. El saco colgado en un gancho en la parte de atrás. Cuando abrió la guantera para buscar sus cigarros (Javier empezó a fumar esa mañana despues de 14 años) vi una corbata a rayas, de las que están de moda, enrollaya alrededor de una cadena y mica de identificación. Vacía. La cercanía de Javier al inclinarse lo obliga a mirarme, como pidiéndome disculpas, y me explica lo que ya me iba imaginando.
Acababan de despedirlo de la oficina: Muy viejo, parece que le dijeron, y estaban reduciendo personal, así que tú y todos tus años de trabajo se pueden ir llendo por la puerta, tranquilo nomás, sin armar escándalo. Nos dejas el fotocheck en seguridad. Gracias.
Yo era su primer pasajero en toda su vida. Salió mareado de su oficina y se acababa de comprar su cartelito de taxi. Todavía olía a nuevo.
Le dije que lo sentía. Se me quedó mirando. Mis lentres de sol, la corbata gris, el terno negro y la corbata idem. Lo siente, repitió. Y me miraba, pensando, estoy seguro, algún dia también lo vas a sentir tú, huevón, de verdad.
Para eso me rompí todos los años. Para alimentar a un hijo y darle en una carrera, y que luego se vuelva un mosntruo de traje negro que me de una patada en el culo porque ya estoy viejo. Reducción de personal. Le dijeron.
No sabía qué podía decirle. El seguía aferrado al volante, con un poco más de fuerza habría podido marcar sus dedos en el timón. Se emepzaba a deshacer la pulcra raya al medio que se había hecho en su pelo encanecido.
Ya no puedo hacer nada, me decía, o se repetía a él mismo. Llegamos a mi destino y me hizo una última confidencia. ¿Cómo se lo explico a mi mujer? Cómo si ser un adulto desempleado fuera su culpa y motivo de bochorno. Me dio mi vuelto y soltó entre dientes que iba a pedir una reconsideración, que el ya no estaba para repártir CV ni para la verguenza de ser rechazado por susnhijos en traje negro.
Prefería matarse.
Espero que no, Javier.

martes, 1 de marzo de 2005

Sunday Morning

De entrada voy advirtiendo que este será una publicada aburrida, como cda vez que escribo algo cuando lo pienso muchas veces.
Se trata de los domingos en la mañana. Durante todo un mes, los sábados a las 11 de la noche me he estado poniendo mi fiel casaca amarilla para partir a la oficina. Sip, he trabajado de amanecida en el canal todo febrero, y fuera de la desarreglada de horario, hay cosas que merecen la pena mencionar, como sentir que la brisa del malec{on se meta hasta la redacción y todo huela a mar, maximizado por el aire acondicionado. O pararte en medio de la pista para tocas (sí, tocar) la niebla a las 4 de la mañana, cuando el resto de los que están en la calle no notan como la bruma va contorneando las cosas.
El olor de las madreselvas, los jazmines y las campanillas que botan un perfume perfecto cuando a las 7 de la mañana regreso aturdido y feliz, caminando hasta mi casa.
Le compro el pan y los tamales a la china de la bodeguita de la esquina y me esperan con el periódico.
Toda la semana, desde hace meses, vale la pena sólo por el domingo en la mañana, el tan mentado sunday morning de los gringos. Tirarse en cama con la familia a desayunar y ver tele, y tener todavía el olor fresco del mar y las flores y el pan de Santa Isabel que acaba de cocinarse a esa hora. eso sí vale la pena.
Listo, perpetré otro de las cosas que no quiero que ese me olviden cuando ya no pueda recordar.