No sabe no opina

Nombre: Gastón
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

miércoles, 29 de junio de 2005

Dogtag

Me he quitado el dogtag del pecho.

A estas alturas dudo mucho que lo vuelva a usar. Dejé el chaleco negro, los caterpillar y el barro, por las corbatas de moda y el pelo con gel. A quien engaño, era un recuerdo bonito de lo que no fue. Nombre, fecha de nacimiento y grupo sanguíneo. Lo escencial para un oficio donde nada lo tienes comprado. O eso creía. Y ya no lo soporté. Ahora duerme en mi cajón, con tantas cosas más.

Cuando la tribu desentierre el hacha de nuevo, seguirá allí. Me estará esperando.

domingo, 26 de junio de 2005

In Flanders Fields

IN FLANDERS FIELDS the poppies blow
Between the crosses row on row,
That mark our place; and in the sky
The larks, still bravely singing, fly
Scarce heard amid the guns below.

We are the Dead. Short days ago
We lived, felt dawn, saw sunset glow,
Loved and were loved, and now we lie
In Flanders fields.

Take up our quarrel with the foe:
To you from failing hands we throw
The torch; be yours to hold it high.
If ye break faith with us who die
We shall not sleep, though poppies grow
In Flanders fields.

*-*-*-*

La poesía suena mejor en su idioma original, prque entre otras cosas, tiene métrica. Pero me animo a traducir, muy libremente, el campo de batalla de Flanders.

En el campo de Flandes, donde crecen las amapolas
Entre las cruces alineadas que marcan dónde yacemos
En el cielo, las luciérnagas, valientes, todavía cantan
Sobre el estruendo de los cañones.

Somos los Muertos. Pocos días atràs
vivíamos, disfrutàbamos, veìamos la puesta del sol.
Amamos y nos amaron y ahora yacemos
en los campos de Flanders.

Tomen nuestro lugar con el enemigo
Te lanzamos la antorcha de nuestras manos ya caìdas
Sea tuya y la mantengas en alto
Que si defraudas la fe que nosotros, los muertos, te tenemos
ya no descansaremos
En el campo de Flanders, donde crecen ls amapolas.

*-*-*-*-*

Escrito en el campo de batalla de Yprès, por un profesor de secundaria hecho comandante, luego de enterrar a uno de sus alumnos hecho teniente, muerto en el campo de Flandes.

sábado, 25 de junio de 2005

Balaclava

Cañones a la derecha,
cañones a la izquierda,
cañones por el centro.

Entre el fango y la metralla,
a las puertas del Infierno,
por el valle de la Muerte,
cabalgaron los seiscientos...

miércoles, 22 de junio de 2005

Anónimo

Lo vimos venir demasiado tarde; quizá rebuscando su cena del basural que teníamos a mano izquierda. Cuando los faros de la camioneta lo iluminaron ya sólo era una mancha que se perdía por el costado. Cuando levanté la vista del diario, sorprendido por el grito del chofer, sólo sentí un golpe seco. Ploc, un salto de la llanta y nada más. Al resto se lo tragó la oscuridad y la niebla mientras seguíamos avanzando a casi cien, para variar, con tal de no llegar tarde. Tarde, tarde, a cualquier cosa.

Ayer, atravesando Barrios Altos muy entrada la noche, matamos un perro callejero.

Los Simpson en Palacio

A estas alturas ya todos deben saber que el gobierno regional del Cusco y el Ejecutivo firmaron la pipa de la paz en torno al tema de la siembra de la coca en el valle de la Convención ( y si no, es bueno de que se vayan entrerando). El asunto es que el presidente regional luego de disfrazarse de ekeko en el Cusco para firmar el acta, tomó el último vuelo a Lima y se nos apareció a todos en el Congreso a las 5 de la tarde, porque -político al fin y al cabo- sabía que el show mediático lo podía armar mejor acá que allá.

La tribu lo atendió paciente y luego de a pocos, nos fuimos moviendo a Palacio de Gobierno. Es curioso, uno nunca dice a dónde va después de tal o cual asunto, pero cuando toooodos se encuentran en el punto B después de haber estado en A, nadie parece sorprenderse. La cosa es que tomamos asiento en la sala de prensa. He de decirlo, la convivencia en espera es de lo mejor que puede tener la profesión.

Mandamos a hacer café para el frío, los que pudieron se sentaron a navegar en la red o a jugar on line y el resto nos dedicamos a la rica tarea de ver televisión. Luego de que todos me hicieran muecas y gestos en mi despacho en vivo congelándome en el patio de Palacio, nos dedicamos a reirnos de las notas del noticiero, pusimos Los Simpson. Simplemente sensacional. Alguien jugaba por allí unas bolsitas de tortis, la gente se acomoidaba en el piso, la mesita del fax, la alfombra, dándole a la tele, mientras nos turnábamos para vigilar el patio de Palacio y cambiar de canal en los comerciales. Dos capítulos seguidos que hicieron la espera casi imperceptible.

Luego vino Magaly, se aparecen Ferrero con el del Cusco y cada uno pa su casa. Las cosas buenas siempre tienden a acabarse.

sábado, 18 de junio de 2005

Volver

Escribo esto sobre caliente.
Acabo de llegar de Los Olivos donde dos granadas antitanque mataron a 3 pobres tipos y dejaron muy mal a otros siete.
Toda la tarde hasta casi media noche parados en el frio en la azotea de una iglesia metodista arrullados por los gritos de las familias de os desdichados. Ya se deben imaginar la escena, porque la han de haber visto miles de veces en miles de noticieros.
Nosotros saliendo en vivo con la remoción de los cuerpos, el camarógrafo preguntando, se ve muy fuerte, tío, cuando en la toma se nos cruzan un par de piernas atravesadas debajo de las llantas del camión. Más gritos, más lágrimas, los curiosos y los ladrones haciendo de las suyas entre la multitud.

Hacer el trabajo sucio, jodido,necesario. Hacer el último despacho, cerrar las microondas y preguntarnos qué mierda hemos hecho. Luego llegar al canal, repasar las imágenes de nuevo y hacer un informe que se vea decente. Aguantar las preguntas imbéciles de los que pasan junto a la isla y te preguntan, cómo puedes aguantar eso, ah? Pero, de verdad están muertos? Eso es una cabeza?

Y aguantarte las ganas de contarle que si le dijéramos los chistes monstruosos que hacemos camino al canal, repasando tal o cual cara, o si pudimos decir A en lugar de B, nos echarían a todos a la puta calle, por degenerados, por insensibles. Porque nos gusta nuestro trabajo.

miércoles, 15 de junio de 2005

Los monos y el paradigma

Me contaron esta historia:

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.

Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a palos. Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo el nuevo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido. Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería "No se, las cosas siempre se han hecho así aquí..."

¿Te suena conocido?

"Es mas fácil desintegrar un átomo que un pre-concepto" -Albert Einstein.

martes, 14 de junio de 2005

Necesidad

Por què escribir en el blog. En mi blog?
Acabo de sentarme frente a la computadora y me quedé con la mente en blanco. Por què escribir entonces; què necesidades nos empujan a darle a la tecla y poner una opinión, una confesión, la última vivencia o el chiste del cachetòn del puro.

Para què escribimos. Para quièn? Para nosotros? POr què entonvces nos interesa lo que otros escriban de lo que nosotros ponemos. A què viene la necesidad de crear hasta un ranking sobre el tema.

Para variar, como final, un cachito de Fito que se me antoja para el momento. No tiene ninguna lectura, asì que no se gasten.

Nuevo es ser viejo/
nuevo es morir/
renacer cada dìa/
y volver a escribir.

Rulz.

domingo, 12 de junio de 2005

Sopa de Letras

Aquì van algunas màximas de la vida coja que he ido recogiendo desde hace unos dìas en los baños del Congreso. Ya sè, dale con mi fijaciòn con los baños, pero son fuente de sabidurìa (?!)

- Màs vale pàjaro en mano, que padre a los quince.
- Agua que no has de beber... ensúciala por si acaso.
- Arbol que crece torcido, igual sirve para la fogata.

A eso le sumo un chorro con las màximas de vida que me rigen (ya, cierra la boca)
- Vive la vida y no dejes que la vida te viva... y
- Bussines son bussines.

Agregùemosle a la receta una de las coincidencias màs rras que me han pasado. Caminaba yo a las tantas de la madrugada (eso de entrar a la oficina 2 pm tiene sus ventajas) por los Quintos Infiernos, cuando tomo un taxi con mi tío Calamaro en la radio:

La última vez que te vi terminè bastante mal:/
Lejos de casa, sòlo y a las 3 de la mañana

Situaciòn que era una fotografìa de dònde y còmo andaba yo en ese momento. Sensacional, sabìa que las canciones te pueden traer recuerdos, pero no retratar el momento exacto.

La mezcla ya va agarrando consistencia a fuego lento, asì que acabèmosla de una vez.
Què màs pasa por mi cabeza, a ver. Ah sì, ahora tengo Speedy 400.
Algo màs? Nop, nada màs. Regreso a Lady Oscar.

martes, 7 de junio de 2005

Y tú, ¿te quedabas?

Como explicaba en el post anterior, tengo demasiados datos en la cabeza sobre el asunto, así que saldadas las cuentas con el cabo, quisiera escribir ahora sobre el Morro en si y la batalla de Arica y más de esas cosas que jamás esperé que me enseñaran en el colegio.

Cuando la maquinaria chilena empezó a rodar, empezaron a subir hacia Lima con tal velocidad que se olvidaron del puerto de Arica. Acababan de desbandar la alianza peruano-boliviana en la batalla de Tacna hacía 15 días y la verdad es que los 1 600 fulanos clavados en esa roca que resulta ser el morro al mando del venerable abuelo artillero no los tenía muy preocupados, como si los tenía el hecho de que los cañones que allí habían eran de los buenos y ya un par de veces habían hecho puntería sobre buques chilenos que daban un paseo por allí.

Así que bueno pues, para ir a la segura, deciden regresar desde Tacna con 6 mil fulanos cancherísimos y confiados en que lo de Arica iba a ser un paseo ya que venían de pasar por la licuadora a un ejército 4 veces mayor. Pero ya dicen que más sabe el diablo por viejo, que ciento volando, así que el coronel Bolognesi decide minar (sip, ya existían minas… manuales, pero existían) la ruta de entrada. Con lo que no contó es que los chilenos consiguen una copia de los planos y cuando la guarnición se da cuenta, tienen a 4 mil salvajes dando de gritos a 200 metros de ellos, mientras la niebla de la madrugada del 7 de junio todavía no se disipaba, al tiempo que el resto se daba el lujo de esperar, “a ver que pasaba con los peruanitos, esos”.

Discusiones sobre la decisión de Bolognesi he tenido un chorro, pero siempre acaba resumido en dos posiciones: Por qué decidió inmolar a tanta gente, si el ya era un hombre que vivió lo suyo, ya había sido licenciado del Ejército por edad. Por qué sacrificar a tantos jóvenes en la flor de la vida, cuando la victoria era imposible y les garantizaban la salida de Arica con el honor y el pellejo intactos. Esta posición se enfrenta a la que dice que patria hay una y mejor plantar la cara y ver cuántos nos podemos llevar por delante primero, antes de que la historia nos juzgue de cobardes y los que sobrevivamos no podemos volver a ver a los ojos a nuestros hijos.

El resultado ya todos lo conocemos. Un bombardeo de los mil diablos, peleas cuerpo a cuerpo, con cuchilladas que sólo buscan herir para matar más tarde, nadie se rinde, nadie pide cuartel; los oficiales mueren casi todos, junto con sus subalternos (cosa que casi no se da en ninguna guerra del siglo XIX). Un anciano con fiebre que se rehúsa a rendir su reducto; un comandante sin barco que se inmola con sus marineros haciendo de infantes de artillería; un argentino que vino a ver la guerra y se quedó hasta recibir tantas heridas que lo dieron por muerto (luego fue presidente de su país); millonarios que pagan de su bolsillo los fusiles de sus peones para luego lanzarse a caballo al mar azul. Niños héroes, jóvenes poetas, todos consumidos por la vorágine de la guerra. Y luego el caos, el saqueo y el dolor.

Recuerdo de todo eso nos queda un Cristo blanco, colocado allí por el gobierno chileno, separado como con pena de los cañones. La leyenda lo dedica a los valientes que allí pelearon. Y saben qué, allí también dice Perú.

lunes, 6 de junio de 2005

A 125 años de Perleche

Vamos a ordenarnos, porque es demasiada la información que tengo dentro.
Empecemos por lo más cercano, que es la foto en mi tabla de corcho, aquí a medio metro mío. Recostado en un cañón Voruss de 250 libras traído directamente por Francisco Bolognesi para defender el puerto de Arica de una posible invasión chilena. Han pasado 125 años y la boca negra del cañón sigue apuntando al pueblo de Arica (un cañón que por cierto tiene semi borrado el escudo peruano... apuntando a un pueblecito lleno de chilenos; no, si la historia nos juega unas pasadas, a veces) en una ruta por donde, por supuesto, no vino nadie.
Lo otro que recuerdo es el primer libro que me regaló mi abuelo. Un libro, que fiel a su estilo el viejo, se levantó con brillante estilo de casa de su hermano. "Vienen los chilenos" se titula el libro, de Guillermo Thordike, y en mi cabecita de doce o trece años se me quedó grabada hasta hoy la parte terrible en que después de la batalla del Morro vino el repase de los heridos. Perleche era uno de mis héroes, durante todo el libro seguí sus correrías como tropa del ejército peruano hasta que le tocó acabar allí, en Arica, junto a otros mil 600 desgraciados al mando de un viejito reincorporado al Ejército al que le dan el viejo puerto y un puñado de cholos como premio consuelo para ir a la guerra.

La cosa es que Perleche está ahora tendido boca abajo. La cara manchada de sangre y las tripas que se desbordan a través de la mano que intenta contener la hemorragia de su vientre. Pero lo que más me impresionó, es la quietud, según describe Thordike, con la que el cabo espera el tiro final que acabe con su miseria: Dice mantenerse inmóvil para escapar del repaso, hasta que descubren que aún respira y aquí viene lo peor. “No, a las peñas no. Por piedad un balazo. Suéltenme, carajo” Al tercer vaivén lo lanzaron al vacío. Me sigue impresionando hasta ahora la crueldad de su ejecución, el triste final de uno de los primeros héroes que tuve. Héroe de ficción habría que agregar, hasta que luego descubrí que Thordike se dio el trabajo de escarbar en numerosos documentos y darle vida a cada uno de los combatientes que se fajaron por la idea abstracta de la Patria. Y allí estaba Perleche; en efecto, el cabo existía y fue uno de los 950 muertos que tuvo la guarnición, un día como hoy hace 125 años.

Así que volviendo al tema de la foto, allí estaba yo, conversando con Perleche en la cima del Morro (regresaba esa misma noche a Tacna, así que lo que pensaran de mi el resto de turistas que allí estaban me importaba un poroto con longaniza) y decidí que era momento de hacerlo. Fotografiarme con una bandera allí no sólo hubiera sido imbécil y posero, sino también peligroso, así que hice algo más sencillo. Saqué de mi canguro una botella en miniatura de pisco y brindé al pie del cañón por mi amigo el cabo, y por el resto de soldaditos valientes. Luego de eso, me saqué la foto, con un brazo acodado en el cañón, y la otra convenientemente oculta tras mi cámara. Y me río. Si Perleche me hubiera visto allí, sabría en lo que estaba pensando.

sábado, 4 de junio de 2005

To be en love... Reba West

Continuando con el ciclo de pastruladitas de Robotech y ya que no tengo tagboard aún. Aquí una de Min Mei. La canción que canta, si mal no recuerdo, cuando se da la batalla final (sí, mi lado freaky aflora). Anyway, mi canción favorita.

To be in love,
Must be the sweetest feeling that a girl can feel.
To be in love...
To live a dream
With somebody you care about like no one else.
A special man... A dearest man
Who needs to share his life with you alone.
Who'll hold you close and feel things
That only love brings,
To know that he is all your own.

To be my love,
My love must be much more than any other man.
To be my love...To share my dreams,
My hero, he must take me where no other can,
Where we will find a brand new world.
A world of things we've never seen before.
Where silver suns have golden moons,
Each year has thirteen Junes.That's what must be for me...
To be in love ...

Clap, clap, clap. Sob.

viernes, 3 de junio de 2005

Hasta cuándo, Liza?

Comentaba el otro día con M sobre el atracón de Robotech que me estoy metiendo en estos días, donde ya voy en el capìtulo 32 de los 36 que tuvo la serie que pasaron en Amèrica TV hace unos (muchos) años. Y llegamos a una conclusión: cuando teníamos 10 años Min Mei era "LA" chica para Rick Hunter; lo tenía todo y cito a Liza Hayes: "Cómo competir con una chica que tiene una gran carrera, un precioso cuerpo, mejor rostro, una gran voz y es diez años màs joven que yo"... y lo decía mientras recoje -a escondidas- la ropa sucia de la habitación de Rick mientras el sale a combatir.
Pero me desvío. La cosa es que si, a nosotros siempre nos pareció la opción más lógica, aunque en realidad durante los recreos del colegio siempre discutíamos que habían 3 relaciones que simplemente no debían ser. Popeye y la calentona de Olivia, Winnie Cooper y el teta frita de Kevin Arnold y claro, Rick y Min Mei, en triangulo amoroso con Liza, donde la comandante, obviamente, es el ángulo obtuso.
Y es que hay que ser medio idiota o adicto al sufrimiento para que que cada vez que la niña en cuestión se aburre de agarrar con su primo y se mete en cada lío en los que de pasada, se juega el destino de media humanidad, el valiente Rick, el buen Rick, el bravo piloto, arriesgue el pescuezo para sacarle las tostadas del horno. todo para que la chica le diga, gracias, què bueno eres. Ya nos vemos, cuidate y procura que no te maten allá arribva, mira que no se sabe cuàndo la volverè a embarrar.
En esas estaba mientras la deba play al DVD y retrocedía a las tardes de pan con mantequila y Milo. Entre tanto, Liza sufre como un perro. Mamiiita, -así en plan de madrina miraflorina-te quedan 3 capítulos para demostrarme que no eres tan tarada còmo pareces o quieres hacer creer: La táctica de la chica dèbil te la ganaron hace ratòn. Cómo es posible que una mujer inteligente, serena, con semejantes responsabilidades y hasta guapa, que destruye cruceros espaciales a la hora del refrigerio no pueda apañàrselas en semejante dilema.
Estoy leyendo lo que escribo y saben què. En 3 capìtulos màs creo que yo tambièn me quedarìa con la chibola. Para que aprendas, comandante. Por tarada.

UPDATE: Bueno, acabo de terminar la serie. Los 36 capítulos, Rick, eres mi ídolo. Saben una cosa; todo cambia cuando Liza finalmente se anima a decirle al patín que lo ama, con todo y Min Mei al lado; algo así como lo que le dijo Rick a llea cuando parte a una misión suicida, aunque para la niña fue "otra más" de Rick. Piña chibola, te tocó perder. Ojalá Popeye y Kevin hubieran sido así de moscas.

jueves, 2 de junio de 2005

Costumbres blogueras

Otra de las cosas que escribo para no olvidarme. A propósito de los primeros 6 meses de mi blog.

Veamos, porqué escribo en el blog? Básica,mente para mantener los dedos afilados, ya que mi nuevo trabajo no me permite escribir tanto como antes, así que en algo debo entretener los dedos. Además la mayoría de mis amigos circulan por aquí, así que puedo escribir lo que quiera, hacer chistes privados, desembarcar en sus páginas y hacer visitar relámpagos, todo entre patas.
Todo empezó cuando desde la página de DDS di con el bolog del Sludge; me quedé pegado matándome de risa con sus pastruladas, hasta que convenví a la Turtel de que toooodos esos escritos que hace a mano y que tanto me hacían reir, los ponga en un blog. Tras mucho insistir atracó y aquí vino la trampita.
Quise comentar su primer post y ZAZ! pedían registro. A mí, que no puedo ni reactualizar mi Msn sin desquiciar a mi disco duro; en fin, lo hice, postee y bueno pues, había que acabar lo que se inició, así que aquí me tengo dándole de nuevo a la tecla.
Igualito le pasó a M con la Tortuga, luego llegaron el Ingeniero y Vértigo, con lo que la banda de Los Comunes estaba de nuevo en pie, mochilas al hombro y blogs en línea, intercambiando disparos y socorriendo damiselas en peligro de una página otra, jajajaja.
Luego no sé cómo, tras un post sobre camisas, acabé metido en la lista de blogsPerú, apareció la Kat y se volvió habitual a nuestras páginas.
De allí pesqué la costumbre de usar sú página como enlace para saltar de un blog a otro. Nótese que linkearse desde los comentarios también me resulta útil, por lo que uso algunos de mis post con más variedad de comments, como directorio "maestro" para hacer mis visitas.
Casi me caigo de espaldas cuando me encuentro con la Carol, cuando veo que desde Finrod la mitad de los stpitos tenían su página. Por cierto, Carlita de atún, no aprendo TODAVÍA a maniobrar en tu blog.
Y bueno, esa es massss o menos la historia, conocí a jigos de amigos, como la Panda y la Maldita, que ahora visitan también las casas con regularidad (ya saben, cuando quieran una banda de letrados mercenarios, avisen), Laglutz y el Dinorider, listo para cabecearle dibujos, y hasta los caídos en acción, Arturo y Angel, que si siguen visitando ya ni me entero. Ya saben, mi mal humor deja víctimas claterales.
Para qué me sirve el blog? Pues para mandar mensajes cifrados, disfrazados de bonitas incoherencias, por eso de ver quién pesca el tiro para mayor satisfaccón.
Ah, muy pronto, Tagboard, links, dibujitos y toda la mugre que necesito que otro haga por mi. Pero saben qué, mejor lo dejo todo como está, y así me mantengo saltando de un link a otro para visitarlos...

Nox atra cava circumvolat umbra