No sabe no opina

Nombre: Gastón
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

viernes, 27 de octubre de 2006

Un MeMe (aunque no sepa qué es)

Meme de las 50 preguntas

Me lo copié de la página del Sludge, pero ojo, algunas preguntas pueden, como me pasó la neurosis de S, tener por objeto robar el password de tu correo.

Como ando reventadamente aburrido aquí en el Congreso, pues bueno, vamos a perder el tiempo.

1. ¿Tu nombre escrito al reves?: notsag
2. ¿Dónde nacieron tus padres?: Los dos en Lima. Bo me pregunten en qué distrito.
3. ¿Qué fue lo ultimo que bajaste a tu computadora?: Un ppt con fotos de mis patas.
4. ¿Restaurante favorito?: Depende del humor y dinero, megusta la carne, no el pollo. Supongo que el Tio Mario y LongHorn.
5. ¿La última vez que nadaste en una piscina?: Hace dos semanas, creí que se iniciaba la primavera
6. ¿Has estado en una obra del colegio: Por desgracia, porque hay fotos, sí.
7. ¿Cuantos hijos tienes?: 0
8. ¿Qué tipo de musica no te gusta?: La que me aburre o la posera, tipo el huevas de Arjona.
9. ¿Votas?: Sí, pero por chamba no.
10. ¿Tienes cable?: Me da de comer, qué creen...
11. ¿Alguna vez has montado una moto?: En la selva, hasta mototaxis.
12. ¿Alguna vez has hecho una broma por teléfono?: Me daba demasiado roche, medio monse.
13. Alguna vez has tenido una multa automotriz?: No manejo.
14. Harías salto bungee o paracaidismo?: Claro.
15. ¿Lugar más lejano al que has viajado?: Nueva Yol
16. ¿Tienes jardin?: Un metro en la puerta del edificio
17. ¿Cual es to comic favorito?: The Order of the Stick
18. ¿Sabes todas las palabras de tu himno nacional?: No, pero puedo seguir la letra.
19. Baño o ducha? Mañana o noche?: Ducha al levantarme
20. La mejor pelicula que viste el ultimo mes?:Iluminados por el fuego
21. ¿Añadido favorito a la pizza?: Más queso
22. Papas o popcorn?: Cancha con jarshta mantequilla
23. Que color de labial usas frecuentemente?: Responder podrìa causar problemas.
24. ¿Alguna vez has fumado cascaras de maní?: Siempre encuentro tabaco a mano
25. ¿Alguna vez has estado en un concurso de belleza?: Voluntariamente, por no.
26. ¿Jugo de naranja o de manzana?: De naranja, pero dulce, no ácido.
27. ¿Quien fue la ultima persona con quien fuiste a cenar fuera? Donde?: Con mi equipo, a Dina's
28. ¿Tipo favorito de Chocolate en barra?: Cadbury's
29. ¿Cuando fue la ultima vez que votaste?: Junio
30. ¿Ultima vez que comiste un tomate cultivado en casa?: No se si en casa, o en chacra.

31. ¿Has ganado un trofeo?: Si, unas miniaturas de plomo
32. ¿Eres bueno/a cocinando?: Eso dicen quienes han sobrevivido a mis últimas aventuras
33. ¿Sabes como poner gasolina al auto?: Tampoco soy manco
34. ¿Has ordenado algo de un infomercial?: No me gusta que me roben pudiendo evitarlo
35. ¿Sprite o 7-up?: Obedezco a mi sed, o a lo que tengan en el grifo de la casa.
36. ¿Has usado alguna vez uniforme en el trabajo?: Si el terno cuenta como uniforme, sí.
37. ¿Ultima cosa que compraste en la farmacia?: Para mí, un analgésico.
38. ¿Alguna vez has vomitado en publico: No. Tampoco vomito en privado.
39. ¿Preferirias ser millonario o encontrar el verdadero amor?: El verdadero amor, como Shrek.
40. ¿Crees en amor a primera vista?: Imposible amar a alguien que no conoces. Puede haber empatía, sí.
41. ¿Alguna vez has llamado a un 0-800?: No!
42. ¿Pueden ser amigos los exs?: Entre ellos, sí.
43. ¿Quién fue la ultima persona que visitaste en un hospital?: Una chamba.
44. ¿Tenías mucho cabello cuando eras bebe?: Según descripción de mi madre, parecía una ranita orejona y peluda.
45. ¿Que mensaje tienes en tu contestadora?: Ninguno, ya llamarás de nuevo.
46. ¿Cual es tu personaje favorito de SNL?: Me gustan los clásicos, Will Farrel, por ejemplo.
47. ¿Como se llamaba tu primera mascota?: No tuve mascotas, sí dos hermanos.
48. ¿Que tienes en tu cartera/mochila?: Mi saco tiene mis credenciales, monedero, navaja suiza, un bloc y mínimo dos lapiceros ajenos.
49. ¿Actividad favorita antes de dormir?: Ver No Molestar
50. ¿Que cosa es la que agradeces hoy dia?: Hoy, que sea viernes.

miércoles, 25 de octubre de 2006

Drama Queen

Ya casi me había olvidado del tema, pero la bruja sarracena me lo trajo a colación hoy por la mañana. Y hubiese tomado otro matiz este post, de no ser por las siete iraníes de las que me referí hace un momento.

El asunto sucedió el sábado como a las tres y media de la mañana. Regresábamos de LarcoMar por el malecón de Miraflores, respirando el olor a mar limpio de esa hora, mientras que las terrazas de los edificios se emperraban en compartir su música y vida nocturna. En eso, el inconfundible descalabro de una pelea de pareja, gritos de él, chillidos de ella, aullidos de los dos. Que dame las llaves, que eres un perro, que para eso chupas. En eso, que la chica que corre desde la pista, atraviesa todo el parque y llega a la veredita del malecón, unos tres metros por delante de donde estábamos. La pareja, se quedó -creo recordar que con un sereno- al lado del auto.

Nos ìbamos a ir, y en eso la chica, que inicialmente se recostó en el (bajo) murito de ladrillos, salta y se pone del lado del barranco. La cagada, esta no es de las que se tira, sólo debe querer asustar al novio. Empezó a gritar y a llorar, vociferaba y nada, que entre broma y broma se acercaba al precipicio. El asunto es que si se hubiese querido lanzar, hace rato habría estado dando botes contra las piedras y rocas de abajo. Lo malo es que con el jaleo y lo cerrado de la noche, en vez de lanzarse, se podía caer. O sea, imaginen: chica guapa en sus 25, minifalda, polito nice chiclebomba, mucho maquillaje, y (he ahí) unos tacazos.

Hum, Gas, yo creo que se tira. Chez, Gastón, compadre, te buscaste la ruina. A ver qué coño hacía yo trepando el murito, me preguntaba, sorprendido todavía de caminar hacia el vacío, mientras pensaba ojalá que no haya ratas tan arriba entre las lianas. Que ese era el problema, que las enredaderas de marras hacían eso, enredarse en los tacos de la muchacha en cuestión, que cuando la cogí del brazo parece que le hubieran dado cuerda a la condenada, que empezó a patalear y a gritar que la deje, que se quería matar, que todos los hombres éramos unos malditos.

Las reinecitas del drama me tienen sin cuidado, pero igual no es la voz dejar que alguien se caiga de cabeza al acantilado nomás por llamar la atención del novio, al que se le juntaban junto a la bruja y el sereno, todos los curiosos que asomaban del edificio. Sabes qué mamita, de pataleta ya estuvo bueno. Aproveché que debía pesar unos 45 kilos con todo y ropa y la alcé en peso, ganándome de pasada un par de manasos de diva ofendida en plan, cómo me llevas, suéltame carajo, que me sueltes, ya no quiero vivir. Bueno, haz tu show, pero del otro lado del murito, mujer.

Y bueno, el episodio terminó como calculan. El sereno ahuevado entre mis reclamos y los del galán, la parjita que se besa y se va de la mano, yo que trataba de recuperar el aire (mira que 45 kilos, son 45 kilos, mujer). Y hay que ver lo que son las cosas. Una posera que bien nos pudo buscar la ruina a ella y de pasada a mi, por armar su pataleta, y al otro extremo del mundo 7 mujeres se enfrentan a ser enterradas hasta el pecho para que las deshagan a pedradas. Todo en la misma vida.

Y a veces pienso que el mundo es muy injusto con algunas mujeres y con algunas rocas.

Ni muerte ni tortura

Hola, No Sabe No Opina hace una pausita ensu ya de por si pausada existencia, para tocar un ratito tu conciencia.

http://www.es.amnesty.org/especial/lapidacion-iran/emailing_iran_oct06_deman.htm

Si a pesar del inicio de este post, y del link que puse seguido, sigues leyendo, esperemos que no sea por un insano interès por la muerte ajena, si no por algo de conciencia. Les envìo un pedazo del correo masivo que nos envío mi amigo José Agustín (vamos, estoy seguro que varios de ustedes lo recuerdan; somos pocos y nos conocemos mucho), así que apelando a la calidad de orador de Huan, copio lo siguiente.

Independientemente de la opinión que tengamos sobre la pena de muerte este es un caso en el que no puede haber dudas sobre lo injusto de su aplicación por muchos motivos, principalmente por la extrema crueldad del método empleado (si su correo muestra el fondo del newsletter, podrán ver una imagen muy clara del modo en que se aplica la lapidación); en segundo lugar, porque Irán es firmante (igual que el Perú) de la carta de las Naciones Unidas en la que los países se comprometen a no considerar el adulterio como un delito juzgable ante los tribunales, y asimismo por el evidente sesgo sexista con el que se aplica esta medida.

La carta en si dice esto: La República Islámica de Irán trata el adulterio como un delito castigado con la pena de muerte por lapidación, violando el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que garantiza el derecho a la vida y prohíbe la tortura. Parisa, Iran, Khayrieh, Shamameh, Kobra, Soghra y Fatemeh han sido injustamente condenadas...

Para ponerlos en autos, si es que aún no revisan el link, que a 7 mujeres las van a asesinar a pedradas por adulterio. Las sientan en el piso, las tapan con una kafuya, poncho o como gusten, y las destrozan -ese es el tèrmino, cada uno ilùstrelo en su cabeza como guste- a pedradas.

Al momento de firmar habían 195mil 416 sumadas. No tengo idea de cuántos firmantes están esperando, pero por si las dudas, vamos firmando. Y mientras tanto, pasen la voz, que nunca es tarde para evitar que alguien muera.

Ahora sí, regresen a su mundo normal.

martes, 17 de octubre de 2006

En la hora final

Bueno, acabo de regresar del funeral de don Valentín. Recordé, como recuerdo siempre que voy a un entierro, aquella frase de Margarett Mitchell, la de "Lo que el viento se llevó", cuando Scarlett (creo que era ella) entierra a sus padres, y alguien le dice, la primera palada de tierra, golpeando el ataúd, es el ruido que te acompañará mucho después de que ya te has ido. Sobrecoge y acojona.

El tema es que estaban todos allí, tirios y troyanos; los que le dijeron sí y no. Todo cristo para decirle adiós a un buen hombre. Pero no quiero hablar de la enormidad de "Chaparrón". Quiero decir, de lo que fue, si no de lo que dejaron. Si hubo un lugar común fue el recuerdo que todos expusieron del profesor, del diputado, del ministro, del congresista, del presidente de la República. El cariño de sus amigos, el respeto de sus rivales, el amor de su familia.

Así supongo que quisiéramos todos ser recordados. Es más, y por fin agarra rumbo esto. Cómo quisiéramos que se nos recuerde. Que vayan quienes a nuestro funeral, la ausencia de quien nos entristecería. Quién nos sorprendería con su presencia, para bien o mal. Recuerdo una novela genial y divertida, "El general en su laberinto" (vaca-vaca-vaca) donde el dictador, que resume a todos los dictadores bananeros, simula su muerte para averiguar quiénes se beneficiarían con ella, quienes lo llorarían y quienes aprovecharían no esperarían a que el cuerpo deje de estar tibio para rapiñar hasta a su mujer. Esperó, claro. Y los espió, faltaba más, mi general. Luego dijo "aja!", y de entrada mató a un par del susto en su propio velorio, y al resto de colegas, faltaba más, los echó a los cocodrilos. Los pobres angelitos.

Recuerdan esa película del tipo que ayuda a un ángel a obtener sus alas, al que le enseñan el mundo cómo sería sin él; o sea, cómo es que el amigo en cuestión (amiiigo, gracias Xina) influyó en las vidas de tantos; un "Efecto Mariposa", pero sin efectos especiales y en B/N.

Y bueno, el tiempo pasa y uno no puede dejar de pensar en cosas así. En qué es lo que se deja detrás, cuando nos mudamos de barrio. Quién nos llorará, sinceramente, cómo seremos recordado. Dicen que no hay muerto malo, pero a veces me pregunto, que es lo que diría mi epitafio. De todos, me quedo con el amor que le puso Alejandro Dumas junior, a su padre, el que escribió Los 3 Mosqueteros.

Murió como vivió, sin darse cuenta.

viernes, 13 de octubre de 2006

Mi vida con él

Ya en otras oportunidades he hablado de èl. De la extraña relación que nos une al Señor Gordo y a mí. Pues ahora con toda la familia de viaje, quedamos en la casa sólo (solos) èl y yo. La relación con mi padre cambió, no se si definitivamente aquella vez que decidì irme a vivir sólo una temporada para evitar una desgracia mayor de la que se habìa gestado, de la que aùn hoy llevo las cicatrices en el pecho.

Pero no iba a eso este post. La cosa es que bueno pues, henos aquì a los dos. Hechos a imagen y semejanza, vièndome reflejado en èl con unos años menos. SI hasta a veces pienso que soy yo el que lo conozco como si lo hubiera parido, y no al revès. Sus silencios, su risa atravesada, sus chistes tontos y fuera de lugar que sacan de quicio a su esposa. Somos tan parecidos que no me queda otra que aguantarlo y personarlo, a nombre de mi hijo y mi futuro. Supongo que piensa èl igaul que yo, al menos de lo que le escuchaba a mi abuela quejarse de mi abuelo, el viejo terco.

En fin, la cosa es que hemos hallado el modo de la convivencia pacìfica. Sin la Señora Gorda por aquì, hemos tenido que aprender a apañarnoslas solos, o remplazàndola. CLaro que ese tipo de conversaciones padre-hijo, impartiendo sabidurìa recostados en una chimenea no van con èl. Menos conmigo; asì que cada acuerdo lo tomamos a la sobreentendida, conforme nos va llegando.

Suelo despertarme entre 4 y 5 de la mañana para encender la terma de la ducha, y èl me ha cedido los primeros minutos de las siete de la mañana para poderme meter al baño tranquilo, mientras èl prepara el desayuno. Ya me tienen hartos sus panes de molde con queso fresco en el microondas, pero como sè que yo no harìa nada mejor, pues caballero, me enveneno resignado. A mi regreso lavo los platos del almuerzo y del desayuno, tiendo la ropa que èl puso a lavar antes de irse a la oficina y espero a que llegue para cenar, si es que hay algo medianamente comible. Ayer se nos acabó el turròn y tuvimos que improvisar.

Deberìan vernos. Dos fulanos que acaban de quitarse el saco, aùn con la corbata puesta, dàndole a la cocina. Decidì transformar unos platanos algo negritos en una tortilla.. en realidd, cuando los huevos fritos invadieron la otra porciòn de la sartèn. El viejo por su lado, preparaba una salsa de carne para los tallarines que hervìan en una olla. Y lo de preparar era bàsicamente agregarle ketchup a una lata de salsati que encontramos en la despensa. El resultado fueron tallarines rojos con cosa frita encima, que para què, todavìa no nos matan.

Seguimos sin encender las luces, y todavìa no hay flores, pero nadie menciona el tema. En las noches vemos tele, y le hace gracia o critica lo que pbçublico en el noticiero y hasta se anima a sugerirme una que otra nota para hacer (una vez le hice caso y gané un concurso... se puso insoportable). El día que jugò y perdiò Perù, compre algunas cosas de picar y su gaseosa màs, que se acabaron antes del primer tiempo. Con toda la pachocha del mundo, el viejo saliò del cuarto y regresò con varias bolsas de papas fritas y unos chocolates que sabrà Dios donde tenìa encaletados.

Los arrojò donde yo estaba sin decir palabra. Abriò una bolsa y agregó: No le digas a tu madre. Que estamos comiendo sobre su edredón blanco.

miércoles, 11 de octubre de 2006

Mi vida sin ella

Se fue. Otra vez. La verdad es que a estas alturas de mi vida, ya estoy grandazo para estas cosas, no? Es màs debería irme acostumbrando a la situación en previsión al futuro. Aunque ahora que lo pienso, acostumbrado estoy. Y no se, pues, a lo mejor eso es lo que molesta, no. La costumbre.

El asunto es que nuevamente me quedé solo en la chingana. La señora gorda (aka, mi madre) zafó a Chile a darle tormento a mi hermano. O sea, que te vaya a ajochar a ti, bro, porque lo que es aquí, pues ya nos tiene hasta el gorro la doña. Mi hermano como que muy emocionado no estaba, acostumbrado como anda a hacer sus cosas el solo, más a la fuerza que por otra cosa.

EL tema es que son los pequeños detalles los que demuestra la ausencia. Ya no hay flores en el jarrón del comedor (anda uno a ver cuándo tendré tiempo de pasar por el mercado a comprar un poco), y la luz de la sala permanece apagada; total, no hay nadie que se preocupe por esperar a los trasnochados crìos que regresan, con un poco de suerte, desde la oficina.

La comida no es problema, porque uno es recursero. Ayer cené un pedazo de turrón (souvenir de mi viaje con el Señor), pan de molde con palta y agua de piña que encontrè del fin de semana. La verdad es que no está mal. Hacer el almuerzo de cuando en vez tampoco afecta, no?

Y no me vengan con eso de que, ahora vas a ver pues, sin mami que tengas esclavizada haciendo la labor invisible de la casa. Porque no es así, y por que sabía que me podía exopner a eso, doblemente si lo ponía aquí en negro sobre blanco. Aquí nadie es manco, y lo bueno de la Fat Lady es que al menos nos crío para saber lavar un par de medias y hacer arroz, así que por ese lado vamos bien. El tema es el de la vida de la casa -que no en la casa.

Ya les dije, la ausencia de flores y de luz es sintomática.

martes, 10 de octubre de 2006

Una tonelada y media de fe

Tocó trabajar domingo en la tarde, que es lo mismo a que te digan, bienvenido al infierno del aburrimiento, o prepárate para pasar horas mirando el techo, o limpiando tu billetera. En esas estaba, camino de la oficina -la enamorada de mi mejor amigo puede dar cuenta de ello, cuando me sorprendió pensando en la inmortalidad del mosquito, viendo pasar la vida por la ventanilla, foto incluida, dixit- pensando que tendrìa la tarde para mí.

La tarde empezó tan emocionante, que me dediqué a recoger videos de los corrssponsales (curiosamente, uno en la esquina de la casa de mi comadre la de las fotitos telefónicas...), cuando la chamba me terminó mandando a la avenida Tacna. Turrones? No, procesión. Ok, gente, dejen todo en el carro, menos cámara y micro, mejor nos movemos ligeritos. Hum, esto no puede acabar bien, pensaba mientras me mareaba el olor a turrón e incienso. Casi pierdo una mano cuando la bruja me llama, y mi Nextel acaba debajo de la camioneta, en plena avenida. Mala señal chochera.

Así andaba, con el ánimo a tope. Así que pensé. Ok, un par de tomitas, y somos fuga. Pero como nunca le acierto a estas cosas, llegamos, nos pusimos a trabajar´. La imagen del Señor de los Milagros estaba allí, rodeada de sus 36 cargadores, los de repuesto, y una cuerda de seguridad que mantiene a todos protegidos de la multitud, que ocupaba varias cuadras. La magia de la tele hizo que nos pudiéramos meter hasta los cargadores. Nunca había estado tan cerca. Sobrecoge de verdad.

Aquí me detendo. La historia no está saliendo como me la imaginaba. Yo quería hablar de la fe y todo eso, pero no recuerdo muy bien cómo era el asunto. La cosa es que vi algunas cosas. Se supone que la Iglesia (con mayúscula) no cree en magia, pero algo debe tener el agua cuando la bendicen, se supone, porque la propia hermandad vendía escapularios "que esta`n cerca al anda, a sólo un sol". O sea, tiene algún poder especial o son mejores que las de cualquier otro lugar, porque estuvieron cerca al anda? Y la omnipresencia y el bla bla bla.

Pucha, algo más quería decir, pero la verdad es que no tengo cómo. Lo que sí me gustó es que allí, independientemente de sus vidad, allí, todos quieren ser buenos, o al menos se sienten buenos, no es así. Solidarios, generosos, amables, educados. Supongo que se debe a la presencia de la imagen. Mil quinientos kilos que se tambalean majestuosos por las calles del Centro de Lima, como un pequeño faro. O simplemente se dejan llevar por el ambiente. No sé, pero se sentía bien. Al menos seguros.

Y así, sin darnos cuenta, no pasamos cuatro horas en ese mar de fieles. No es el mejor final para la historia, pero por alguna rara razón, no quiero escribir más de ello. Fin.

jueves, 5 de octubre de 2006

La Tortuga y el Hipopótamo

Bueno, quienes me conocen saben que me hinchan las gónadas los correos de cadena. Es màs, suelo borrarlos a la primera, así me los mande mi santa madre, que dicho sea de paso, es la primera en mi lista de gente que me manda correitos "con mensaje". En fin, el teme es que hace unos minutos encontrè otro de esos, pero no sé por qué (a veces uno nunca sabe por qué hace algunas cosas, impulso, le dicen) quise abrirlo.

And, que parece una fàbula de Esopo, con animalitos y todo. Naaah, seguro es la versiòn animal de Amy Bruce y los 7 centavos. Por siaca, como no me desconectaba el chip de la chamba todavìa, decidì cruzar un poco la info con Google, el amigo que nunca falla. Y què creen, pues parece que la historia es medio real. Parece, digo, porque si bien estàn las fotos y todo, pueden ser de otro contexto y pueden haber inventado una historia alrededor.

La cosa es que descubro la historia, en inglès, en http://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=4754996

La historia es simple. Un tsunami devastador, el pobre hipo, que se llama Owen, llega a las costas de Mombasa, en Kenya, perdido como el nàufrago que es, y de inmediato es adoptado por una tortuga de 130 años de edad. La Tortuga, o mejor dicho, el tortugo se llama Mzee, y lo adoptò al hipito como si fuera su madre. Mzee y Owen van a todos lados juntos, segùn la doctora Paula Kahumbu, es un milagro de la naturaleza. La noticia profundiza en el tema bastante, mientras que la cadena se va opr el lado de las maravillosas criaturas de Dios.

Podrìamos pontificar sobre la necesidad del hipo y el tortu de hacerse compañìa, de las relaciones padres hijos o del terror al vacìo y el aferrarse a un animalito completamente extrañño en la gratificante sensaciòn de compañìa y calidez. Uf, podrìamos pasarnos horas de en eso. Porque las dos historias tiran cada cual para su lado por ahì. De ambas, sin embargo, me quedo con una frase extraìda de todo esto. Cuidamos el planeta. Es el ùnico que tiene chocolate.

domingo, 1 de octubre de 2006

Experimento

Hola, vamos a ver qué sale aquí. Recién despertado luego de la llegada de La Isla (ya no es del Paraíso, creo). Primero de octubre, otro día del periodista celebrado, otra vez compartiendo chismes, protagonizando algunos, o participando de otros, para terminar ooootra vez, de amanecida en un poderoso caldo de gallina. Dormir hasta que te levanten a la hora del almuerzo.

Quería escribir. Pero no sabía, no sé, de qué. Dejemos que los dedos se muevan solos, a ver, sí, ajum, se ve que pueden moverse todavía. Nada mal. Veamos, qué escribo. Quizá la música ayude un poquito. Sí, algo, aunque debería hacer alguna cosa para tener una forma mejor de poner música en mi PC que sobrecargar mi HI5 de canciones. En fin, ya me encargaré de eso en cualquier momento. Vaya, sigo escribiendo. Esto está de locos, cómo le estoy haciendo para ir llenando líneas sin tener nada qué decir. Alguien leerá esto. No sé, broder, yo sólo pasaba por aquí y me puse a darle a las teclas. Qué, no era que entrabas a ver tu correo nomás y te regresabas a la cama. Sí, bueno en realidad esa era la intención, pero ya ves, siguen saliendo cosas del teclado.

Habrá cuando para esto. A ver, detente. Qué, escribiste detente. O sea, no te detienes por escribir que no te detienes. Tenemos un problema, compadre. Pero í no hay mucho qué decir. Tú crees. Bueno, si no quisiera escribir, pues eso, me planto y ya. Ah, qué, ahora piensas más rápido de lo que escribes. Este está bien huevón, ah no, si puede, pucha, no no hay forma de escribir igual de ràpido. Hum, debí haber seguido ese cursito de mecanografía. O aprender taquigrafía para llevarme los apuntes más rápido. No pues, no seas tramposo, eso sería una transcripción. Ah ya, me dices tramposo. Tú. A mí.

Ya no se puede confiar en nadie caracho. Como era la frasecita esa, el Chato sólo confiaba en su polla; era la única que nunca le partiría el culo. O algo así, en fin, no ando con la memoria a flor en estos momentos.

Qué, tú sigues aquí. Escribe nomás. Bueno, a ver, llevó déjame ver, nueve minutos escribiendo sin parar. Cómo que sin parar. Sí, claro, ves, escribo sin parar. Para. Ya. No, ya no, te digo que pares. Eso hago. Mentira, ahí sale todo clarito. Ah... ya, te diste cuenta. Ya para.

Muy bien, así me gusta. Rayos! Ah, qué fácil es engañarte, no. Sabes, no está tan mal no. Hasta creo que me puedes caer bien. Oye, no te duermas. Es que sólo vine a revisar mi correo un ratito, total, la computadora estaba encendida. Ya ya, a mi no me florees. Arg, qué estrés. Como la bruja sarracena se entere de que le has robado la frase te va a chancar. No creo. Estoy muy cansado.

Oye, pero no que te gustaba escribir. Sí claro, pero hasta ahora no he escrito nada. Sólo me he sentado frente a la computadora, y te juro que me he quedado dormido escuchando música. Cómo voy a escribir si me he quedado dormido. Sí pues, tienes, tienes, pucha, tienes qué ah. Estúpido teléfono. No debiste haber contestado, tío. No, está bien, al menos me asegura de que no estoy dormido. No sé, ah. No sé la verdad.

Sabes qué, no molestes. Ya no voy a escribir. Ves cómo yo tenía razón, ahora pues. No, en serio voy a parar de escribir en cualquier momento. Sí, claro, cuando te decía yo, no querías y ahora te quieres parar sólo, que igual no puedes. Sí puedo.

Ya viste que no. Oye, no sabes cuando detenerte, no. Ni tu cuando callarte. Por eso te hicimos lo que eres. Periodista. Er, sí, bueno, la respuesta vale. Ah, qué hay otra. No, esa está bien, no se me había ocurrido hasta que la escribiste. Ah, o sea que aceptas que estpy escribiendo. Sí, ya, lo acepto.

Eso me basta. Presiona el botón naranja.